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Speed Angels (China, 2011)

16/02/2012

Ficha técnica. Año: 2011 País: China Director: Jingle Ma Duración:117 m Género: Acción Protagonistas: Rene Liu, Cecilia Cheung, Tang Wei, Cheng Pei Pei Más información: imdb

Sinopsis: La película se centra en tres chicas, que persiguen sus sueños de convertirse en pilotos profesionales de carreras. Dos de ellas, Bing y Mei, ya habían sido corredoras consumadas, además de muy buenas amigas. Pero en el día de su boda, la primera descubre que su novio japonés, Asano, se ha fugado con Mei, y presa de una ira incontrolable, tiene un accidente de coche donde su hermana queda inválida. A partir de entonces, el alcohol y los remordimientos serán su única compañía, hasta que Xiaoyi, una valiente y atolondrada taxista, aparece en su vida y en la de su antiguo equipo.

Crítica: Deporte y velocidad en el cine son dos de los temas preferidos del público asiático, en general, y chino, en particular. En Occidente, sin embargo, estos géneros no suelen tener mucho éxito y los títulos que aparecen se pueden contar a cuentagotas. Pues bien, las carteleras chinas estrenaron en la última semana de 2011 dos cintas de parecida temática. Una de ellas, Racer Legend, con un elenco principalmente masculino, y esta Speed Angel que ahora nos ocupa con protagonistas femeninas. Parecían las dos caras de la misma moneda y desde luego ese fin de semana el olor a gasolina y neumático quemado se impuso a otras propuestas menos adrenalíticas. Si por algo destaca esta entretenida película de carreras de mujeres es sin duda por el duelo interpretativo que nos tienen reservados dos pedazo de actrices como Rene Liu y Cecilia Cheung. Ambas, desde luego, han toreado en mejores plazas (a Liu la recordamos en films como A World without Thieves, 2004 o The Matrimony, 2007; mientras que Cheung destacó en éxitos como The Legend of Zu, 2001 o La Promesa, 2005), pero aún se reservan algunos ases en la manga en una historia que, pese a que nos la sabemos de memoria en cuanto a desarrollo y desenlace, sabe captar la atención del espectador por presentarnos una suerte de situaciones dramáticas extremas que calan en el público por el buen hacer de ambas actrices, a las que sería injusto no unir la figura de la más joven del trío, Tang Wei, una firme promesa de la cinematografía china que ya demostró sus dotes de magnífica intérprete al lado de mitos como Donnie Yen y Takeshi Kaneshiro en la muy recomendable Wu Xia de Peter Chan.

A pesar de ser un producto para consumo masivo de palomiteros convulsos y hacerte sentir en más de una ocasión que estás más en una pista de simulación que en una sala de cine, la película resulta amena y distraida. Incluso se permite el lujo de tocar algunos temas conflictivos que suelen dejarse de lado en este tipo de propuestas como lo son el alcoholismo (que nuestra protagonista se cura a base de sesiones de acupuntura), el espionaje industrial y la violencia de género (centrada sobretodo en el personaje que encarna Kitamura Kazuki, quien no duda en propinar una soberana paliza a su mujer cuando las cosas no le salen como las tenía previstas). El contrapunto humorístico lo ponen la un pelín irritante Chene Yi, pródiga en este tipo de papeles cómicos, quien da vida a la pizpireta prima de la protagonista y la legendaria estrella del cine de kung-fu Cheng Pei-Pei (algunos la recordarán en su caracterización de villana en Tigre y Dragón de Ang Lee) como madre de Xiaoyi. El rol de guapo de la función está reservado al coreano Han Jae-suk (The Quiz Show Scandal, 2010) quien entrena al intrépido y correoso equipo de féminas.

Las distintas escenas de persecuciones están muy bien rodadas, sobretodo aquéllas que tienen lugar entre el bullicio y el tráfico de la gran ciudad. En cuanto a las secuencias de acción que transcurren en el circuito de carreras destacan el look de los coches deportivos, muy parecidos a los que utilizaron los hermanos Wachowsky en su psicodélica Speed Racer en 2008, aunque los más nostálgicos notarán también una cierta semblanza entre los colores de los coches del equipo, llamémosle “de los buenos”, y aquel cochazo tan femenino que pilotaba la intrépida Penélope Glamour en la mítica y añorada serie de dibujos animados Los Autos Locos. En el debe de estas escenas, remarcar lo complicado que resulta saber qué es lo que está ocurriendo en la pista, a no ser por la cháchara del comentarista de turno. En definitiva, un divertimento sin pretensión autoral alguna que se salva por el buen hacer de unos actores que escenifican de la mejor manera posible la inacabable y tediosa cadena de traiciones que jalonan la trama.

Lo mejor: El enfrentamiento entre Cecilia Cheung y Rene Liu echa chispas.

Lo peor: El guión es demasiado previsible y no depara sorpresa alguna.

Por nuestro colaborador Francisco Nieto

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