Plan 75 se estrenó en los cines de Japón el 17 de junio de 2022. Casi un año más tarde, el 28 de abril de 2023, llegará a los cines de España. Se trata del primer largometraje en solitario de la directora y guionista Chie Hayakawa y el reparto cuenta con grandes profesionales como la actriz Chieko Baisho (Tora-san), Hayato Isomura (Alice in Borderland) y Stefanie Arianne (Oh Lucy!). A pesar de ser una opera prima, la película ha conseguido un gran reconocimiento tanto a nivel nacional como internacional, siendo la película seleccionada por la Academia japonesa de cine para representar a Japón en la categoría de Mejor película internacional en los Oscar. Por desgracia, al igual que el resto de las películas asiáticas, se quedó fuera de la lista de las 5 nominadas.
Plan 75 nos lleva a un futuro cercano en el que el envejecimiento de la población (lo comentábamos un poco más en profundidad en este reportaje) ha alcanzado un nivel aparentemente insostenible. Desde un punto de vista económico, una gran parte de la población no contribuye al crecimiento del país y, es por eso, que se crea el “plan 75”: una propuesta lanzada por el gobierno japonés que “invita” a las personas mayores de 75 años a que acaben con su vida voluntariamente apelando al deber social. La historia tiene tres hilos narrativos que de alguna manera se entrelazan y se relacionan con este “plan 75”: la historia de una anciana mayor de 75 años que se enfrenta a la decisión sobre si aceptar el plan, la historia de un trabajador en las oficinas que tramitan el plan a nivel burocrático y una chica filipina que trabaja quitándole las pertenencias a los ancianos una vez fallecidos.
Se trata de una película que invita a muchas reflexiones, una de ellas es sobre cómo tratamos a las personas mayores. Uno de los conflictos que se nos plantean desde un inicio es que los problemas económicos del país derivan en una oleada de violencia hacia los ancianos. La sociedad de repente no tiene ningún tipo de respeto por las personas mayores: al no aportar a la economía y producción del país, han perdido todo su valor. Es por esto que muchas de estas personas mayores se ven forzadas a seguir trabajando para seguir siendo “útiles” a ojos de la sociedad. Muchas de ellas, empujadas por la soledad y por el miedo de la situación, se plantean seriamente recurrir al plan como un modo de terminar su vida de forma “digna”.
Una de las ancianas que se plantea esta opción es Michi, interpretada por una maravillosa Chieko Baisho, a quién le dedicamos un reportaje repasando su larga carrera. Michi, a pesar de tener más de 75 años, sigue gozando de buena salud e incluso al principio del filme vemos como también es una trabajadora perfectamente capaz. Su historia es de soledad, pero también de pequeñas alegrías y de descubrimiento personal y vital. Aunque probablemente sea la mejor de las tres que conforman Plan 75, las demás son también muy interesantes, sobre todo por la evolución psicológica de los personajes y por cómo cambia la forma en la que se relacionan con la muerte. Por otra parte, el hecho de que muchos de los trabajadores del Plan 75 hablen con los ancianos de una manera tan natural sobre el hecho de poner fin a sus vidas es realmente escalofriante.
Plan 75 inicialmente fue un cortometraje y parecía difícil superarlo, pero Chie Hayakawa ha conseguido ampliar las reflexiones que planteaba y diseccionar una sociedad japonesa desconectada de sus emociones y que trata a la población únicamente como seres productivos. Lo mejor, y a la vez lo más estremecedor de la película, es que el futuro que nos plantea es tan posible como alarmante. Además, que se sitúe en Japón no significa que no podamos relacionar esta mentalidad que se critica con la que tenemos en Occidente. En resumen, si os interesa reflexionar sobre la sociedad japonesa, y también la nuestra, id a ver Plan 75 y apoyad el cine asiático valiente.
Una reseña de Natalia Maturano