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Park Chan-wook, el maestro del lenguaje cinematográfico (Primera Parte)

09/01/2023

La Nueva Ola del cine coreano

Corea del Sur vive una explosión creativa a lo largo de los años 90, relacionada con la apertura política (la transición del régimen dictatorial al democrático), que la llevan a vivir el debut de más de 20 realizadores en un período de cinco años (1996-2001). Nombres como Hong Sang-so, Kim Ki-duk, Im Sam-so, Kang Je-gyu, Lee Chang-dong, Park Chan-wook, Hur Jin-ho, Kwak Jae-young, Song Hae-sung, Bong Joon-ho, Ryoo Seung-wan, Song Il-gon, Lee Myung-se, forman parte de la llamada Nueva Ola coreana, y junto a Im Kwon-taek, (una de las figuras claves del cine coreano contemporáneo que debutara en los años 60) son los responsables del resurgir del cine de Corea y de su salida al exterior.

Un grupo tan heterogéneo, aportará un extraordinario grado de diversidad a su cinematografía. La mayoría de estos jóvenes comparten una importante cultura cinéfila (están al día de las corrientes cinematográficas en occidente y resto de Asia), gozan de una formación cinematográfica (apertura de escuelas de cine), o pasión por otras artes (pintura en el caso de Kim Ki-duk). Como comenta el crítico coreano Hum Moon-yungla generación cinéfila no puede agruparse en una sola tendencia”. Es evidente que cada uno de estos jóvenes vivirá de una manera diferente el contacto que ha tenido con el cine realizado en otros países. Así, por ejemplo, uno se verá más influenciado por la serie B, otro por el melodrama de los años 50, o por el intimismo de los realizadores europeos. Todo ello, unido a la mezcla de géneros tan común en el cine coreano, nos da la pista para entender el porqué de la diversidad que vive el melodrama coreano.

Apuntes biográficos

Nacido el 23 de agosto de 1963, Park Chan-wook nace y crece en un momento convulso de su país tanto a nivel político como social, momentos que calarán hondo y que se reflejarán en su manera de hacer cine. Es miembro de una familia de clase media-acomodada. Su padre es profesor universitario, por lo que crece en un ambiente en el que se habla de arte, y se puede debatir sobre la música de Bach en el entorno familiar.

Activista político y miembro activo del Partido Demócrata Laborista de Corea del Sur (del que era miembro junto a su amigo y colega Bong Joon-ho y que será disuelto en 2014 cuando se fusione con el Partido Progresista Unificado). Las consecuencias políticas en la carrera del director se pueden observar durante el mandato de la presidenta Park Gyun-hye (hija del dictador Park Chug-he, que estuvo en el poder entre el 25 de febrero de 2013 y el 10 de marzo de 2017 cuando sería encarcelada por corrupción). Tanto el director Park Chan-wook, como Bong Joon-ho o el actor Song Kang-ho estaban en una lista negra en la que el gobierno les negaba cualquier tipo de apoyo. Fue uno de los más de 9.000 artistas que estuvieron en esta lista. ¿Por qué fue seleccionada El imperio de las sombras como la candidata a los Oscar por Corea del Sur y no La doncella (The Handmaiden) en 2016?

Park estudia Filosofía en la Universidad de Sogang (se interesa por los estudios de estética, aunque la tendencia de la Universidad de un análisis filosófico británico y estadounidense hace que pierda el interés y se inscriba en un grupo de fotografía).  Afirma que descubre su atracción por la industria del cine a través del visionado de Vértigo (1958) de Alfred Hitchcock. Le gusta ver cine y comienza a ejercer de crítico cinematográfico en la revista del cineclub universitario llamado Film Gang que él mismo fundó y donde conoció a su actual esposa con la que tiene una niña. Se gradúa en 1988 y sin perspectivas de empleo en su recién acabada carrera (también bastante decepcionado con el círculo académico de sus estudios) decide indagar en el sector cinematográfico donde comienza como ayudante de realización.

De la Filosofía a la cinefilia

En 1988 da sus primeros pasos en el mundo del cine formando parte del equipo de producción de Gamdong (Yoo Yeong-jin, 1988) donde conoce al director Kwak Jae-yong, segundo asistente de dirección (el que después será director de My Sassy Girl) donde se hacen grandes amigos. Gracias a ello, Park trabajará como asistente de director en la ópera prima de Kwak Jae-yong, un melodrama de juventud, A Sketch of a Rainy Day (1990)

En 1992 realiza su primera incursión en el cine. Una compañía de video, Dreambox (afiliada al conglomerado Samsung) le propone la realización de una película de bajo presupuesto (160 millones de wons o 1’5 millones de €) The Moon Is the Sun’s Dream. El estudio le impone a uno de los actores, una estrella del Pop, el idol Lee Seung-chul, para el papel protagonista. Park duda de que el cantante pueda ofrecer una buena interpretación y piensa en abandonar el proyecto, pero un veterano director le advierte que no deje pasar la oportunidad de hacer su debut…). El estudio quería que la película se convirtiese en una producción tipo Por favor maten a mi mujer (hermanos Zucker, 1986): pero había varios inconvenientes: no existía guion, el tiempo de rodaje estaba limitado (a pesar de que el director no estuviera contento con los resultados), el director de fotografía tuvo que trabajar en varios proyectos a la vez, y el director, aunque novato era Park Chan-wook.

Park Chan-wook cosechó su primer fracaso de público y crítica. (la anécdota es que el día del estreno, Park iba hacia el cine y vio una multitud de gente, y pensó… esto puede que sea un éxito de taquilla… era una ilusión: eran los fans del cantante). Después la película apareció en vídeo, aunque rápidamente desapareció del mercado, por lo que es difícil encontrar una copia.

Con este ‘susto’ en su inicio, decide aparcar su sueño de ser realizador y vuelve a lo que le causa más placer: ver películas. Continuó con la crítica de cine, siendo uno de los invitados favoritos en distintos programas de televisión sobre cine, a la vez que intenta vender alguno de sus guiones (escribió unos 10 escribió por aquel entonces) sin que ningún estudio creyese en sus proyectos pues eran demasiado arriesgados y viscerales. Pero durante todo este tiempo se convirtió en un auténtico cinéfilo viendo cuantos más films mejor y escribiendo sobre ellos. Directores como Sam Raimi o Nicholas Ray, desde el arthouse hasta películas de culto y géneros de serie B. Dentro de los directores clásicos coreanos siente una especial predilección por Kim Ki-yong (Insect Women, Women on Fire o Goryeojang). Por aquel entonces publica un libro: Videodrome: The Discrete Charm of Watching Films, una colección de sus reseñas de películas donde vuelca toda su pasión cinéfila y donde tienen cabida desde grandes blockbusters americanos como Alien 3 hasta películas como Matador de Almodóvar, El Ataque de los Tomates Asesinos (John De Bello) o Quiero la Cabeza de Alfredo García de Sam Peckinpah. El libro se convirtió poco después en una especie de Biblia para los aficionados al cine. La idea que prevalece en el libro se puede resumir en que cada director debe seguir su propio instinto a la hora de rodar una película, independientemente de los modelos prefijados.

En 1997, después de 5 años, lo vuelve a intentar con Trio (Saminjo): el encuentro de tres almas perdidas que se aliarán para sobrevivir en una vida de robos, asaltos y secuestros; un saxofonista que busca suicidarse cuando descubre que su mujer le es infiel, una joven con un pasado difícil que busca encontrar a su hija a la vez que ser monja, y un inadaptado de coeficiente mental bajo, perteneciente a una banda. La crítica volvió a vapulearle diciendo: “otra pieza hecha por un cinéfilo, llena de muchas referencias y parodias de otros films”.

Así que Park Chan-wook volvería a refugiarse en la crítica que tanto regocijo le había dado para de nuevo, en 1999, atreverse con Trial o Judgement (Simpam) un corto de 25 minutos. Su sinopsis, tan descabellada como siempre: en una Corea distópica devastada por desastres naturales, un matrimonio va a identificar el cadáver de su hija al depósito. La trama girará 180º cuando el propio forense descubra que el cuerpo de la joven no es otro que el de su propia hija desaparecida tiempo atrás… Es en Trial donde Park realiza un paso agigantado, no sólo ya es capaz de dominar los aspectos técnicos de su trabajo, sino que descubre algo más importante en una película: la importancia de la interpretación de los actores.

Haciendo balance desde nuestra perspectiva actual y viendo la obra completa de un director como Park Chan-wook, podríamos decir que estas tres primeras obras le sirvieron para empezar a conocer y moverse en el terreno cinematográfico, para experimentar técnicamente y sentir en sus propias carnes (las de un realizador) cuáles son las necesidades de una película. Algo similar al montaje de un puzzle: un montón de piezas desordenadas dispuestas al azar que hay que aprender a encajarlas para obtener un resultado. Esto es lo que va a hacer Par: aprender.

Comercialidad vs cine de autor

Son muchos los críticos que asocian el nombre de Park Chan-wook con el de OldBoy (séptimo de sus films realizado en el año 2003 y por el que recibiera un merecido reconocimiento internacional). Digamos que la crítica es así, desenfunda su lupa analítica en un lapso temporal determinado y pasado y buena parte del futuro quedan al margen de esta mirada). Pero Chan-wook no repararía en la crítica, el día en el que un grupo de empresarios coreanos le confiaron su primer proyecto, Moon Is the Sun’s Dream (1992). Y desde luego, no pensó ni en la crítica ni en los propios empresarios cuando lo que tenía que haberse convertido en una comedia al estilo de Por Favor Maten a mi Mujer (1986) se transformó en un festín donde incorporar todos aquellos elementos narrativos que había descubierto en una sala de cine. Resultado: un fracaso comercial en toda regla.

La industria cinematográfica le pasó factura, y el joven Park tardaría cinco años en realizar su segundo film: Trio (1997), una road movie alocada, deudora de la serie B americana, y que, para su desgracia, no fue a ver más público que en su primer intento. Pero esto no iba a convertirse en un problema y tras un paréntesis que aprovechó para realizar el cortometraje, Trial (1999), donde la técnica ya no iba a constituir ningún problema, sino más bien una ayuda.

“Como hasta ese momento poco público había visto mis películas (de hecho, tuve que escribir yo la crítica de mi primera película, porque parecía que ningún crítico la hubiera visto), pensé. Podría ser el momento de hacer una película refinada y que le gustara al gran público. No pensé que fuera difícil. Y la verdad es que disponiendo de un estudio que te respalde (Myung Films), tiempo, y, sobre todo, una buena dirección de actores es fácil para alguien a quién le apasione dirigir’

Con sus más de 7 millones de espectadores Joint Security Area (1999) se convierte en la película más vista del año en Corea del Sur, superando a sus competidoras americanas (Misión Imposible 2 o Gladiator). El secreto no hay que buscarlo en su presupuesto (sólo dos veces superior al de su primer film) sino en la conjunción entre thriller político y drama que logra su realizador, planteando en pantalla un tema tabú para el público: el de la guerra fría entre las dos Coreas. Park Chan-wook no oculta sus influencias, recordemos que tan sólo un año antes se había estrenado La Hija del General (Simon West, 1999), pero sabe cómo readaptarlas hacia un mercado nacional, haciendo hincapié en el drama personal de los protagonistas (de sobras es sabido que a los coreanos les apasiona llorar). Y algo muy importante, lo hace siendo fiel a sus principios, experimentar con el lenguaje cinematográfico.

La elección de los actores, esencial, tiene que ver con el bando en el que están. Los del Norte (proceden del teatro), y los del Sur (proceden del mundo televisivo y del cine). Tienen diferente estilo, que es lo que busca el director.

  • Song Kang-ho (un monstruo de la interpretación, con su particular método de improvisación). Nunca hará lo mismo en una escena, cada vez será diferente. A veces se frustraba cuando Park Chan-wook les hacía ensayar una y otra vez.
  • Lee Young-ae (la actriz que había conseguido gran notoriedad por su personaje en la serie de 52 episodios, West Palace, y que posteriormente interpretará a una doctora de la época Joseon en A Jewel in the Palace entre 2003-2004)
  • Lee Byung-hun (famoso en el mundo televisivo, donde se inicia en 1991 tras una audición en la KBS. Empezará a dejar su huella tras el k-drama Tomorrow Love en 1992. Pero el éxito no le llega en el cine… hasta JSA)
  • Shin Ha-Kyun (uno de los soldados del Norte, es un actor de método, y siempre realiza la misma interpretación. Aunque se la mandes repetir cien veces).

Comercialidad y cine de autor encabeza el título de este apartado, y léase de esta manera y no, comercialidad o cine de autor, porque Park Chan-wook se encuentra en una línea que discurre paralela a ambos conceptos, bebiendo de cada uno de ellos según sus necesidades como autor, o artesano, o reciclador, o innovador. Park, al igual que sus personajes, es consciente de que la esperanza no es más que el intento por conseguir aquello que uno pretende… llegando o no a conseguirlo… Siendo considerado por los demás un director de éxito, o un autor. O ambos. O ninguno de ellos.

Park Chan-wook guionista

De toda la filmografía, OldBoy (2003), Stoker (2012), y La doncella (2016) son las únicas películas basadas en un texto previo. En el primer caso, en el manga del japonés Nobuaki Minegishi. Releyendo varios de los capítulos que componen el manga nos damos cuenta de que Park Chan-wook, junto con el grupo de guionistas que colaboraron en la redacción del guion final, tan sólo respetó la idea del secuestro, para luego concebir una obra totalmente diferente al original. Evidentemente cine, literatura, cómic son medios diferentes, que utilizan códigos diferentes. Y lo que puede funcionar en un caso (como puede ser el hecho de que el secuestrado, una vez recupera la libertad, vaya buscando a su secuestrador de la lista que ha escrito en cautividad, no funciona en la película que tenía en mente Park Chan-wook)

Stoker (2012) es la primera producción de Park Chan-wook fuera de Corea. La película es una co-producción entre Estados Unidos y Gran Bretaña (Fox). Con guion de Wentworth Miller (el protagonista de Prision Break). El actor construyó un guion que se convirtió en una pieza cotizada para los estudios, y que es deudor de Bram Stoker (Drácula) -el nombre de la familia protagonista-, y por otro lado de La sobra de una duda (Alfred Hitchckok). Interpretada por: Mia Wasikova (India Stoker), Nicole Kidman (Evely Stoker) y Matew Goode (Charles Stoker).

Inspirada en la novela Fingersmith escrita por la galesa Sarah Waters, La doncella (2016) es una de las obras cumbre del realizador coreano.  La novela: Fingersmith (en España: Falsa Identidad) es una novela de 2002 escrita por Sarah Waters, finalista de los premios Man Booker y Orange, y ganadora del Premio CWA Ellis Peters Dagger. En 2005 fue llevada a la televisión por la BBC en una miniserie de dos partes del mismo nombre. La novela es una mezcla de ficción histórica (ambientada en la época victoriana), narrativa gótica y género policiaco. Cuenta la historia de Sue Trinder, una ladrona de poca monta, y Maud Lilly, una señorita que vive aislada con su tío en una mansión, y cómo sus vidas se entremezclan cuando a Sue la convencen para convertirse en la doncella de Maud para poder robarle su herencia. Park Chan-wook tiene la habilidad de trasladar la acción a la época de la ocupación japonesa y hacer una pirueta imposible: ser mejor que la propia novela que adapta.

Trilogía de la venganza

La utilización de la violencia o del mecanismo de la venganza para Park Chan-wook no es simplista, es decir, no es un mero pistoletazo de salida para que se desarrolle la acción del film y captar así la atención del público con algo tan efectista, sino que su utilización es una suerte de inspiración para explorar los entresijos del alma humana. Unas almas que luchan contra un destino fatal e inamovible que quieren cambiar. A través del uso del elemento secuestro como punto desencadenante del conflicto (en las tres películas que componen la trilogía de la venganza) y aunque en un primer momento no se partiera de la idea de realizar tres filmes unidos por la venganza, sí que hay una evolución en la manera de tratar tanto la violencia como la venganza:

  • Fase nº 1: la venganza como deber u obligación: Song Kang-ho (empresario), Shin Ha-kyun (joven sordomudo), Bae Doo-na (novia)

Sympathy for Mr. Vengeance de 2002, cuyo título Park sacó directamente de la Biblia (como otras cosas que iremos viendo), es la primera película de la trilogía. Ryu, engañado y estafado por una organización ilegal de venta de órganos (necesita un riñón urgentemente para su hermana enferma), planea junto a su novia el secuestro de una niña rica. Pero las cosas se tuercen y la casualidad, la fatalidad e incluso lo absurdo y lo grotesco llevan a los personajes al borde de la locura, causando una ola de crimen, violencia y por supuesto… venganza.

Venganza como respuesta a la impotencia y al odio, como la única alternativa, como la única salida porque no hay otra, no hay sitio ni espacio para la esperanza. Es la única opción, la venganza como enfermedad, como un virus que se extiende contagiando a cuantos están a su alrededor.

Ryu se ve en la obligación de vengar la muerte de su hermana, el padre la muerte de su hija y el grupo de anarquistas tiene que asesinar a su compañera de ideas. La venganza en Sympathy for Mr. Vengeance es la manera más violenta de redimir la ley humana de ‘causa-efecto’. El ser humano se toma la venganza como forma de retomar el sentido racional de su existencia. Pero a la vez, a través de la venganza, ese ser humano está afectando al sentido racional de los que están a su alrededor.

  • Fase nº 2: la venganza como supervivencia: Choi Min-sik (Oh Dae-su), Yo Yi-tae (Lee), Kang Hye-jung (Mido, antes de protagonizar Welcome to)

OldBoy (2003): Oh Dae-su tiene tan sólo 5 días para descubrir quién ha sido el causante de su encierro de 15 años y el por qué… o en el caso contrario, Mido (su enamorada) morirá. Oh Dae-su necesita vengarse para sobrevivir, su propio secuestrador se lo ha dicho: “o me encuentras o acabaré contigo”. Así de simple, al protagonista no le queda otro remedio si quiere seguir adelante que vengarse (al margen de las ganas que durante esos 15 años de encierro le hayan producido). Para el joven rico y perpetrador de su secuestro, preparar y alimentar esa venganza contra Dae-su ha sido su “forma” de vivir, su método de supervivencia. Vive exclusivamente por y para vengarse de Oh Dae-su.

En esta ocasión, tampoco hay perdón ni redención para sus personajes: uno acaba muerto y el otro no le queda más remedio para seguir adelante que borrar sus huellas, dejar al monstruo atrás y perder su memoria. No es un verdadero renacer, sino que es, por así decirlo, una especie de ‘atajo’.

En Oldboy volvemos a encontrarnos con connotaciones bíblicas como la ley del ‘ojo por ojo y diente por diente’: ‘el incesto se paga con la misma moneda’. La violencia causa estupor ante la inmensidad del dolor propio frente al dolor causado.

  • Fase nº 3: la venganza como redención: Lee Young-Ae (Geum-ja, actriz de JSA), Choi Min-sik (Mr. Baek)           

“Cuando examiné mis dos anteriores películas sobre la venganza, me di cuenta de que la sobrecarga de rabia, odio y violencia se hicieron veneno, vamos que había embarrancado mi alma en tierra yerma. Llegué a la conclusión de que necesitaba adoptar una rabia más grácil, un odio con clase y una violencia delicada. Finalmente, quería que la venganza fuera un acto de redención, llevado a cabo por una persona que busca la salvación de su alma. Así nació Sympathy for Lady Vengeance”. Park Chan-wook

Sympathy for Lady Vengeance (2005). Geum-ja sale de la cárcel después de 13 años en ella con un único propósito, vengarse de aquél por culpa del cual ingresó en prisión a los 18 años. Esta vez la venganza se sirve a través de los ojos de una mujer.

Una vez llevada a cabo su particular venganza (realizada de una manera indirecta), la protagonista se libera por fin, expía sus pecados, se perdona a ella misma (puesto que la redención es una cuestión de uno mismo), perdona sus pecados y renace de nuevo con su hija abrazada a ella en una posible nueva vida… Una nueva vida simbolizada aquí con el pastel blanco: ése que el cura le ofrece a su salida de la cárcel y que Geum-ja rechaza porque sabe que no está limpia, ése que al final acepta hundiendo hasta el fondo su cara en él como símbolo de purificación de su alma.

Geum-ja alcanza la salvación cuando descubre (viendo la revancha cometida por otros) que no siempre la venganza te salva de la agonía. La violencia en Sympathy for Lady Vengeance no es tan cruda y se da fuera de cámara, fuera de campo, la intuyes, la sientes, la escuchas, pero en realidad el espectador no la ve realmente. La venganza se ve aquí por un lado como justicia y por otro como una tortura que nos acerca al monstruo que queremos destruir.

Un reportaje de Enrique Garcelán

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