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Moneyboys y el último cine LGBTI procedente de Asia

05/07/2022

El camino por recorrer para el colectivo LGBTi todavía es largo en todo el mundo, también en Asia. A pesar de todo, gracias a las movilizaciones de los diferentes colectivos, puede haber motivos para ser optimista. En el cine asiático la representación ha tenido una progresión en los últimos años, en general, positiva. Territorios en los que ya era palpable y presente, como Taiwán, uno de los pocos países asiáticos en los que la unión entre personas de mismo sexo está reconocida, o Tailandia, siguen a la cabeza en cuanto a esa presencia tanto en su cine comercial como desde las propuestas más autorales o de cine independiente. Otros, como Corea, mantienen las historias LGBTi en el cine independiente. Una de las sorpresas llegaba desde India, donde tras despenalizarse la homosexualidad, han aflorado algunos títulos en el cine más comercial. Coincidiendo con el estreno en cines de España de Moneyboys de CB Yi, hemos querido revisar algunos de los títulos que nos parecen más destacados del cine LGBTI asiático más reciente. 

Cuando le preguntaban al director CB Yi en una entrevista si Moneyboys tendría problemas para estrenarse en Taiwán, comentaba que ninguno, que ya había recibido elogios y que esperaba poder presentarla. Así lo hizo, siendo una de las primeras películas en poder estrenarse sin mantener la distancia social, en unas sesiones con la presencia del director y su reparto.  La sociedad taiwanesa es una de las más progresistas en el continente asiático en cuanto a derechos LGBTI, siendo uno de los pocos territorios del continente donde el matrimonio homosexual es posible, o con la presencia de la ministra digital del país Audrey Tang, la primera transgénero y no binaria. Esa mirada progresista es algo que se traslada a su cine, donde encontramos numerosos ejemplos de historias LGBTI.

Moneyboys es uno de los estrenos recientes más destacados, pero encontramos muchos más, algunos de ellos incluso en nuestros cines y plataformas. Your Name Engraved Herein se estrenaba en Netflix de manera global después de convertirse en todo un fenómeno en su país con su historia de amor entre dos estudiantes en plena Ley Marcial de los años 80. La película seguía los pasos en la plataforma de Dear Ex, una excelente tragicomedia con Roy Chiu y Hsieh Ying-xuan que utilizaba una historia que unía a la viuda de un recién fallecido y al hombre con el que compartía su vida en sus últimos tiempos, para hablarnos de la empatía y el respeto. 

Pero no solo encontramos ejemplos de relaciones entre chicos. Hace apenas unas semanas se estrenaba en Filmin la serie La fragancia del primer amor, en la que dos mujeres vuelven a encontrarse, ya adultas, tras haber mantenido un idilio en sus días de juventud. Un amor imposible… o no. En 2021 también teníamos la fortuna de poder disfrutar de una retrospectiva dedicada a una directora importante en esa representación LGBTI taiwanesa, como Zero Chou que trabaja desde el cine independiente. El Spain Moving Images Festival de Madrid le dedicaba un ciclo con varios de sus largometrajes, incluido el más conocido, Spider Lillies.  

Desde Hong Kong, la reciente The First Girl I Loved de Candy Ng y Yeung Chiu-hoi también seguía las dificultades de dos jóvenes estudiantes cuyo amor se ve obstaculizado por la sociedad a su alrededor, en particular su estricto colegio. Pero si ha habido un film de la antigua colonia británica que ha destacado en cuanto a la representación cinematográfica, esa ha sido Suk Suk. La llamada “Deseando amar LGBTI” nos acercaba la historia de dos personajes veteranos, dos hombres que se acercan al crepúsculo de sus vidas, que inician una historia de amor. Uno de ellos, está casado, con hijos y nietos, y ha vivido toda su vida en el armario. El otro, ha tenido una vida diferente, siendo él mismo. Una historia marcada por una gran sensibilidad y delicadeza, y unas interpretaciones excepcionales. 

Tailandia es, como decíamos, otro de los países en los que es más habitual ver historias y personajes LGBTI en sus películas y series. Las historias de romance entre jóvenes, de descubrimiento o coming of age, y con un punto de fandom, son muy habituales tanto en la gran pantalla como en la pequeña. 2gether The Movie, un film que continuaba una serie de TV con dos temporadas protagonizadas por dos jóvenes estrellas como Metawin «Win» Opas-iamkajorn y Vachirawit «Bright» Chivaaree, seguía un romance inesperado entre un joven que quiere apartar a otro chico haciéndo pasar a un tercero por su pareja. Por supuesto, los sentimientos terminarán surgiendo. Otro ejemplo muy reciente sería Tell the World I Love You dirigida por Poj Arnon (Bangkok Love Story), que jugaba al drama romántico y criminal a través del romance entre dos chicos con procedencias de ambientes muy diferentes, que encuentran problemas con el mundo del hampa en los bajos fondos.  

En Filipinas, otro territorio en el que es habitual esa representación en su cine, aunque en ocasiones desde un punto de vista menos grave. No hay más que asomarse por la filmografía, con estreno prácticamente anual, y las apariciones televisivas de la explosiva Vice Ganda, una de las grandes estrellas del país, para darnos cuenta que esa representación puede llegar de muchas maneras diferentes, también desde el acercamiento al cine más popular. En un apartado más autoral encontramos una voz importante como la de Isabel Sandoval, directora, productora, escritora y actriz de Lingua Franca, la historia de una mujer filipina trans indocumentada en Nueva York, que trabaja cuidando a una anciana de origen ruso. Una propuesta premiada em el Festival de Venecia. A medio camino de una y otra propuesta encontraríamos títulos como Big Night! de Jun Robles Lana, que toma un personaje gay como protagonista para hablar de esa sangrienta lucha contra la droga del gobierno de Duterte. 

Dentro del sudeste asiático, dos menciones honorarias para sendos films que hemos podido ver a través de festivales: Number 1, de Ong Kuo Sin recibía de forma merecida el premio del público del Festival Nits de Cinema Oriental de Vic con su historia de un oficinista que tenía que reinventarse a sí mismo comenzando a trabajar, con éxito desbordante, como drag queen en un club. Por otra parte, el Asian Film Festival de Barcelona organizado por Casa Asia nos acercaba una propuesta de Vietnam como Goodbye Mother de Trinh Dinh Le Minh, en la que un joven gay que volvía con su pareja a casa desde Estados Unidos, con la intención de salir del armario, veía como la senilidad de su abuela provocaba un cambio de planes. 

A pesar del amplio desarrollo del cine de Corea en las últimas décadas, la representación LGBTI es uno de los temas pendientes en su cinematografía. Por ahora el cine independiente se mantiene como el lugar en el que, desde la producción al margen de los grandes conglomerados y productoras, se pueden desarrollas historias más allá de la heterosexualidad. Este año veíamos en el Korea Fest BCN Made in Rooftop, una muestra de cine tan desenfadado como comprometido, firmado por uno de los nombres importantes de esa representación LGBTI, tanto desde la dirección como especialmente desde la producción, Kim Jho Kwang Soo. El año pasado pudimos disfrutar en el festival de una verdadera joya como A Distant Place, que trasladaba al ambiente rural una historia de amor compleja, mientras que House of Hummingbird ha sido uno de los títulos más laureados del cine independiente reciente, y el descubrimiento de una voz a la que seguir de cerca, la de la directora Kim Bora, aquí en un viaje de recuerdos a su propia adolescencia. El colectivo transgénero encontraba representación con Jane, protagonizada por el que se ha convertido en actor de moda en 2021, Koo Kyu-hwan, al que hemos visto en DP, Huida de Mogadishu o Peninsula.  En 2017 tuvo su primer papel destacado con esta interpretación y su primer gran galardón, nada menos que el premio al mejor actor debutante en los importantes Baeksang .  

En Japón también encontramos un film independiente que, con un personaje trans como protagonista, ganaba los corazones de los espectadores y la crítica. En Midnight Swan el director Eiji Uchida cambiaba de tercio con la historia de una mujer trans que, sufriendo los prejuicios de la sociedad, recibía la visita de un sobrina para quedarse a vivir con ella. Sorprendió a todos al recibir el premio a la mejor película en los premios de la habitualmente mucho más predecible Academia Japonesa, que además premiaron a sus protagonistas Tsuyoshi Kusanagi y Misaki Hattori. Este título nos recordaba a Close-Knit de Naoko Ogigami, que también ponía sobre la mesa al colectivo trans a través de una cálida historia familiar.

Otra sorpresa, prácticamente un fenómeno del audiovisual japonés, es el de la saga Ossan’s love. En Japón es habitual que las series televisivas de gran éxito encuentren continuación en el cine, ya sea con un film final, o con nuevas aventuras de los personajes. Es el caso de esta saga, en la que un romance de oficina toma los caminos más insospechados, ha tenido tres temporadas televisivas además de un film que repitió el éxito de la pequeña pantalla. Protagonizan Kei Tanaka, Yudai Chiba, y el veterano Kotaro Yoshida. Otros títulos recientes podrían ser His de Rikiya Imaizumi dentro del cine más independiente, o The Cornered Mouse Dreams of Cheese, la adaptación de Isao Yukisada del popular manga. 

Cerramos este recorrido en India, donde como decíamos la homosexualidad quedaba, por fin, despenalizada en 2018. Un actor en particular del Bollywood más comercial, Ayushmann Khurrana, se ha convertido en uno de los altavoces de la comunidad LGBTI en el país gracias a dos títulos con historias sobre el respeto, el entendimiento, y la liberación. Tanto Shubh mangal zyada Saavdan como Chandigarh Kare Aashiqui, son, por desgracia, una rara avis dentro de un cine en el que la masculinidad en su sentido más peyorativo sigue predominando dentro de sus industrias. Ek Ladki Ko Dekha Toh Aisa Laga, en la que Sonam Kapoor interpretaba a una joven que no podía salir del armario por las presiones para casarse por conveniencia por parte su padre, al que daba vida su padre en la vida real, el legendario Anil Kapoor, o Badhaai Do, en la que un oficial de policía gay se casaba a sabiendas con una joven lesbiana para ambos mantener las apariencias, son otros ejemplos muy recientes de la corriente más progresista en la industria de Mumbai. Fuera de ellas podíamos encontrar Funny Boy, último trabajo hasta la fecha de la directora Deepa Mehta, que esta vez nos trasladaba al Sri Lanka de los años 70 y 80 para mostrarnos el despertar homosexual de un joven, en un ambiente político peligroso.  

Estos son solo algunos títulos que nos parecen destacados de esa representación LGBTI en el cine asiático de los últimos años. Hay muchos más, y si os apetece nombrar alguno, tenéis a vuestra disposición el espacio de comentarios para ello. En cualquier caso, siguen sin ser suficientes. Será una buena señal si podemos continuar este artículo en el futuro con una segunda parte, con una situación más positiva. 

Un reportaje de Víctor Muñoz

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