Cada vez nos llegan más películas de animación chinas a los cines españoles, buena prueba de ello son los estrenos de ¡Corre, Tiger, Corre! y Boonie Bears: regreso a la tierra en el pasado mes de febrero, dos películas de animación que representan a la perfección lo que es la corriente principal de animación china contemporánea. A éstas se suma este próximo viernes día 10 de mayo la extraordinaria Deep Sea. Un viaje a las profundidades que tuvo su estreno mundial en el Festival de cine de Berlín, dejando maravillados a todos cuantos pudieron verla.
¿Cómo ha sido este proceso de evolución de la animación china en el siglo XXI?
Lotus Lantern: el primer éxito comercial
China tiene una larga tradición con el arte de los dibujos animados. Son pioneros en el arte del cómic (manhua), desarrollado ya en el siglo XVIII, y son también inventores del zootropo, una máquina capaz de crear pequeñas secuencias animadas y que data del siglo II (en Europa no llegaría hasta el siglo XIX). Es por ello que el cine de animación siempre ha sido una cuestión de orgullo nacional. De hecho, cuando El Rey León llegó a los cines chinos y arrasó en recaudación, el gobierno reaccionó empezando a invertir mucho más dinero en producciones de animación. El objetivo era el de igualar o superar los resultados de la película de Disney. Tardarían cinco años en conseguirlo, pero Lotus Lantern (1999), consiguió un éxito inaudito hasta ese momento para una película de animación china, recaudando más de 4 millones de dólares. La película ofrecía una fórmula que ha sido repetida hasta la actualidad: una historia inspirada en la mitología china (el cuento de ‘La linterna mágica de Lotus’ escrito durante la dinastía Tang) y un estilo de animación que intenta imitar a los éxitos de occidente (Disney al principio y Pixar más recientemente).
Con el éxito de Lotus Lantern, el gobierno china empieza a ver el potencial del cine de animación, tanto a nivel económico como social. Se empieza a invertir mucho en la producción de dibujos animados con un objetivo central: el de dominar un mercado nacional en el que la animación japonesa y norteamericana ocupan la mayor parte del mercado. Para remarcar la importancia estratégica que tenía la animación para el gobierno chino, decir que el primer gran acuerdo entre estudios de cine norteamericanos y chinos en el terreno del cine fue con Dreamworks, que realizaría coproducciones muy exitosas como Kung Fu Panda 3 (2016). Un acuerdo, por cierto, que fue cerrado personalmente por Xi Jinping en su etapa como vicepresidente.
Reyes monos y peces gigantes: la consolidación de la animación china
A pesar de los éxitos particulares y de la creciente inversión por parte del gobierno, no ha sido hasta los últimos 10 años que el cine de animación chino ha consolidado una fuerza en taquilla comparable a la de cualquier género blockbuster. Uno de los primeros grandes éxitos de la animación, que fue capaz de competir contra cualquier género, fue el de Monkey King: Hero is Back (2015), que recaudó más de 150 millones de dólares con un presupuesto de apenas 15. Si Lotus Lantern creaba un patrón para la animación que vendría, Monkey King lo mejoraba con un apartado técnico muy cuidado a la altura de cualquier superproducción de Disney o Pixar. El tema (y esto no cambia) seguía siendo mitológico, en este caso la adaptación de un clásico de la literatura china como es Viaje al Oeste, una historia que podía atraer tanto a niños como a adultos. Otro apartado que la película cuidó mucho fue el doblaje, muy bueno tanto en chino como también en inglés, con actores muy destacados en papeles protagonistas como Jackie Chan. Esto repercutiría de forma muy significativa en su recaudación.
Big Fish & Begonia (2016) llegaría un año después, reuniendo unas características muy similares a las de Monkey King. La película recaudaría casi 80 millones de dólares y conseguiría un logro novedoso para la animación china: una presencia en festivales occidentales muy importante, como en el caso del Festival de Annecy. Una preciosa película que tenéis disponible en Netflix.
Construyendo la gran franquicia china
Hay un ámbito en el que la animación china (y el cine chino por extensión) sigue estando por detrás de Estados Unidos y Japón, algo que parece que va cambiando poco a poco: la fuerza de las franquicias. Los personajes clásicos de Disney, sagas de animación como Toy Story, Pokémon… el éxito de estas propiedades va mucho más allá de la recaudación en taquilla. En este sentido, Boonie Bears es el primer gran intento chino (y con un éxito notable) de conseguir una franquicia rentable tanto a nivel de taquilla como a nivel de venta de merchandising. En el primer apartado, el de recaudación, Boonie Bears ya está más que consolidada, y las diez películas de la franquicia han funcionado muy bien y siguen creciendo exponencialmente. Para hacernos una idea de su fuerza en taquilla, los diez films están en el top 20 de películas de animación china más taquilleras de todos los tiempos a nivel doméstico.
Pero la que parece destinada a convertirse en la gran franquicia china de animación llegó a cines hace casi cuatro años y lo hizo sin ninguna intención de iniciar algún tipo de “universo cinemático”. Estamos hablando de Ne Zha (2019), la película de animación china más taquillera de todos los tiempos con más de 700 millones de dólares recaudados en todo el mundo. Su éxito hizo inevitable que se produjeran secuelas y la segunda película de animación más taquillera de todos los tiempos es Jiang Ziya (2020), una película que se sitúa en el mismo universo mitológico que Ne Zha. A este «universo cinemático» se le ha llamado recientemente el “Fengshen Cinematic Universe”, imitando esa fórmula Marvel tan exitosa. En principio, la próxima película del universo será la secuela directa de Ne Zha, una película que podría tener una recaudación absolutamente monstruosa.
Presente y futuro del cine de animación chino
En 2021 llegaron a los cines chinos más de 40 producciones domésticas de animación y 12 de ellas superaron la barrera de los 100 millones de yuanes (unos 15 millones de euros), prueba de que la animación china no sólo se ha consolidado, sino que sigue creciendo exponencialmente. Por supuesto, un aumento de la cantidad no implica necesariamente un aumento de la calidad, pero es innegable que en general ha habido un salto cualitativo muy significativo sobre todo en un apartado técnico en el que ya no hay nada que envidiar a la industria norteamericana o japonesa. Buena prueba de ello son todas las películas chinas de animación que llegan a nuestro país dobladas y que a no ser que lo busquemos expresamente, es difícil imaginarse que son chinas. Hace poco más de un mes teníamos el estreno en nuestro país de Kung Food, una aventura deliciosa (2018), y si paseamos por plataformas como Filmin podemos encontrar títulos como Abominable (2019), El Reino de las Ranas (2013) o Gatos (2018), películas que se estrenaron en España y que a primera vista no las identificaríamos como chinas.
Repleto de criaturas fantásticas y diversión para los más pequeños, Mi querido monstruo narra la historia de Bai Ze, un médico que vive en las islas más importantes de Kunlun: las islas sanadoras. Él se encarga de buscar una cura para el espíritu oscuro, una enfermedad que padecen muchos de sus pacientes, la cual causa daños irreversibles en las personas infectadas. Sin embargo, en uno de sus intentos de acabar con el espíritu oscuro, las consecuencias son desmesuradas y es desterrado del hospital, por lo que se verá obligado a seguir trabajando en una cura de manera clandestina. Siete años después, volverá a tener la oportunidad de luchar contra el espíritu oscuro.
Mi querido monstruo no es simplemente una película de aventuras, sino que indaga en temas más profundos como la vocación por la medicina. Bai Ze puede llegar a ser un poco testarudo y cabezota, pero sus motivos son nobles y realmente lo que quiere es ayudar a la gente y a las islas de Kunlun. Además, la película también trata temas como la exclusión social: Bai Ze odiado por toda la isla después de su incidente contra los espíritus oscuros; o el caso de un joven qilin llamado Yi, quien es discriminado por los de su especie por el lento crecimiento de su cuerno frontal. Ante esta soledad, Bai Ze y Yi acaban uniéndose y forjando una relación de amistad e incluso paternofilial.
Por su parte, El chico león, presentada en el Festival Nits de Cinema Oriental de Vic donde se llevó dos galardones del Palmarés, el de mejor película del público y el Premio de la Crítica, es una excelente cinta de animación con una historia que atrae por igual a un público infantil y adulto. Un chico y sus dos mejores amigos quieren formar un equipo de Danza del León chino y presentarse al torneo oficial. Para cumplir su sueño deberán convencer a un ex-entrenador y superar todos los obstáculos imaginables. La Danza del León es la excusa, para contarnos una historia de amistad y superación, emotiva y emocionante, llena de humor y acción. Paso a paso (de león chino) se ha convertido en una de las sorpresas de la temporada.
Boonie Bears regresa con una nueva aventura
Y llegamos al Año Nuevo Lunar Chino (este año dedicado al Dragón de Madera del Horóscopo Chino, y de nuevo se dan cita dos películas de animación para demostrar que la animación china ha crecido no solo en el apartado técnico sino también en el artístico capaz de seducir a un amplio espectro de la población.
Estrenada en el Festival de cine de Toronto, el viernes 9 se estrena ¡Corre, Tiger, Corre! Tiger, un niño de once años, se embarca en una misión para encontrar a sus padres desaparecidos. En compañía del legendario, aunque ahora algo descuidado, maestro Yang, Tiger comenzará un emocionante viaje de crecimiento y aventuras a través de un peligroso valle. Su valentía le llevará a convertirse en un pequeño héroe.
El lienzo se tiñe de color con Deep Sea. Un Viaje a las profundidades
Deep Sea. Un Viaje a las profundidades es la segunda película acreditada del escritor y director Tian Xiaopeng después de Monkey King: Hero is Back de 2015. Aunque existe una conexión entre los proyectos cinematográficos del director (Sun Wukong de Hero is Back tiene un breve cameo en los créditos finales), las dos películas son muy diferentes.
Visualmente, como película de fantasía animada CGI, Deep Sea no se parece a nada que hayas visto antes. La animación utiliza todos los colores imaginables con secuencias submarinas brillantes y vibrantes que son absolutamente impresionantes.
Estos colores giran constantemente, mientras parecen pinturas de acuarela granuladas con una variedad de peces, particularmente peces betta y peces dorados, que solo agregan colores más impresionantes a medida que nadan. Muchas de las secuencias submarinas parecen una versión animada del cuadro La noche estrellada de Van Gogh. Las personas y los animales están animados de forma realista; la piel tiene ese brillo genuino, mientras que el agua parece sacada de una fotografía.
Un auténtico regalo para los ojos de los espectadores que se estrena este viernes 10 de mayo. Como un chapuzón en el mar.
Por Josep Santcristòfol y Enrique Garcelán