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Kimetsu no Yaiba – Guardianes de la noche: El tren del infinito

22/04/2021

El fenómeno del anime en Japón no deja de sorprender. En las últimas dos décadas la animación no solamente se ha convertido en uno de los motores principales de la industria del cine de Japón, sino que se ha mostrado intratable en taquilla rompiendo récords. Un dato revelador: de las diez películas japonesas más taquilleras de la historia, ocho son de animación y solamente dos son de imagen real.  Y la que ocupa el primer puesto, superando a hitos como El viaje de Chihiro de Hayao Miyazaki o Your Name de Makoto Shinkai es Kimetsu no Yaiba – Guardianes de la noche: El tren infinito. Para mayor sorpresa ha conseguido semejante hazaña a pesar de haberse estrenado en plena pandemia. Este film de aventuras fantásticas se estrena ahora en España con una llegada masiva a más de 200 cines a través de Selecta Visión.  

¿Qué es Kimetsu no Yaiba?  

Ambientada en la era Taisho, a principios del siglo XX, la historia tiene como protagonista a Tanjiro, un joven que vive en la montaña junto a su madre y hermanos, hasta que la tragedia azota sus vidas y una criatura sobrenatural acaba con ellos. Solamente escapa de la masacre una de sus hermanas, Nezuko, que queda con vida, pero convertida en demonio. Lleno de ira y con ganas de venganza, Tanjiro buscará a uno de los asesinos de demonios más famosos del país para unirse en su lucha y encontrar la cura para su hermana.  

Este film se sitúa justo después de lo sucedido en la primera temporada del anime, con Tanjiro convertido ya en un cazademonios y con algunas aventuras a sus espaldas. Junto a dos de sus compañeros, Zenitsu e Inosuke, y su hermana Nezuko, se subirá al “tren infinito” en el que les espera uno de los miembros de la élite del cuerpo de los cazademonios: el Pilar de las Llamas, Kyojuro Rengoku. En los últimos tiempos han desaparecido más de cuarenta pasajeros en ese tren, y pronto descubrirán al causante de ello, que les espera impaciente. 

Un fenómeno multimedia 

Para entender la razón del éxito hay que revisar de dónde proviene esta película, y es del manga  Kimetsu no Yaiba de Koyoharu Gotouge, editado en España por Norma Cómics como Guardianes de la noche. Este es un fenómeno que no aparece por arte de magia, si no que salta de un medio a otro, en una fórmula utilizada por la industria japonesa para retroalimentar al título en cuestión. El éxito del manga provoca el inicio de una serie anime, cuyo éxito hace que se incrementen las ventas del manga original… y de ahí a la gran pantalla, que produce el mismo efecto. Un dato: el manga original, que destronó a One Piece como el más vendido del año en 2019 (algo que sucedía por primera vez en más de una década) superó en 2020 los 100 millones de copias en Japón. A finales del pasado mes de noviembre se publicaba allí el tomo 23 y último de la serie, con la fiebre de Kimetsu en su punto álgido: las librerías y otras tiendas abrían a medianoche para comenzar a vender como auténticas rosquillas ese último tomo al público de todas las edades que hacía cola desde hacía horas. Nadie quería quedarse fuera del fenómeno de moda, que en ese punto ya llevaba dos semanas llenando los cines con la película que ahora llega a nuestra cartelera. 

Viajando en el tren infinito 

Que Guardianes de la noche: El tren infinito está pensada para ese público que esperaba con ansias las nuevas aventuras animadas de los personajes queda claro en los primeros minutos del film. No tarda más de un par de ellos en subirnos a ese tren infinito en el que se va a desarrollar gran parte de la trama, y lanzarnos a la aventura. Lo haremos, eso sí, sin un contexto sobre los precedentes de la trama o los personajes, así que probablemente el público neófito que no conozca el manga –a falta de la serie de televisión, que está licenciada también por Selecta Visión pero no tenemos disponible de manera legal por el momento- puede tardar un tanto en situarse o comprender algunas situaciones (como, por ejemplo, por qué uno de los héroes lleva una cabeza de jabalí), aunque la propia historia irá colocando muchas de las piezas del puzle en su sitio. Desde el punto de vista del aficionado fiel a la franquicia, será como comenzar un nuevo capítulo, esta vez uno mucho más ambicioso y en pantalla grande. Como el propio tren, poco tarda en coger carrerilla la historia, y a pesar de estar situada en un espacio cerrado mantiene un ritmo alto y la tensión firme, agarrando al espectador por la solapa hasta el final de trayecto. 

En la mente de los héroes 

Dentro de la estructura arquetípica de la saga que se mantiene en las convenciones shonen del joven tenaz que crece hasta convertirse en héroe, hay dos elementos de la película que llaman la atención especialmente. El primero es que, aunque se trate de un producto comercial para la gran masa, la producción no ha rebajado la brutalidad con la que los personajes luchan entre sí, especialmente en el tercio final. La violencia es descarnada, y en este mismo sentido puede haber momentos que nos devuelvan a la memoria las transformaciones del Tetsuo de Akira, mutaciones casi cyberpunk, como poco, sorprendentes en un producto de este tipo. El segundo elemento sería la manera en que vamos a conocer a los personajes, que no será a través de la exposición, sino por su subconsciente. La narración se las ingenia para que el villano de la función nos lleve hasta su interior -aquí podemos tirar de memoria y recordar las Pesadillas en Elm Street-, especialmente al de Tanjiro y al del maestro Rengoku, mostrando los momentos de su pasado que les atormentan. En el caso del segundo, esta parte sirve casi como una historia sobre su origen, mostrando otra cara de un personaje que comparte el protagonismo. Desde su primera aparición se muestra como un carácter cuando menos peculiar, reforzado por el diseño del personaje, que gana peso hasta llegar al clímax final.  

Técnicamente la animación es correcta, buscando la espectacularidad especialmente en las escenas de acción, y consiguiendo algunos momentos notables. El estudio Ufotable hace un buen trabajo a la hora de explotar las posibilidades del propio tren o las técnicas de espada de los guerreros, con un trabajo de cámara muy dinámico, pero se resiente, sin embargo, en las escenas más calmadas o de intercambio de diálogo. Los personajes permanecen en demasiadas ocasiones estáticos e impasibles, mientras que la integración entre personajes y escenarios digitales no termina de encajar en algunos momentos. Destaca con mayor fuerza el apartado sonoro, tanto en cuanto efectos, como en su estupenda banda sonora compuesta por Yuki Kajiura y Go Shiina, que fue galardonada en los premios de la Academia japonesa del cine. 

Como entrada al universo Kimetsu no Yaiba este Tren infinito nos propone un trayecto adrenalínico que profundiza en algunos de los personajes, sentando además las bases para la siguiente temporada del anime y, sin duda, próximas películas. Si no os queréis perder el nuevo fenómeno del manga y de la animación japonesa… ¡pasajeros, al tren! 

Por Víctor Muñoz 

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