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Jump Ashin! (Taiwán, 2011)

03/02/2012

Ficha técnica: Año: 2011 País: Taiwan. Director: Lin Yu-Hsien. Duración:130 m. Género: Melodrama. Protagonistas: Eddie Peng, Lin Chen-Shi, Han Dian Chen, Lawrence Koo, Siu Wa Lung. Más información: imdb

Sinopsis: Ashin ama la práctica de la gimnasia. Cuando era niño quedó prendado del equipo de gimnasia de su colegio, y ya en la edad adulta, se convirtió en uno de sus máximos representantes. Sin embargo, la madre del protagonista le obliga a abandonar los sufridos entrenamientos debido a las obligaciones laborales y familiares que le impiden llevar sola el negocio que regenta desde hace años. Hundido por verse privado de lo que para él es su vida, Ashin comienza a frecuentar compañías nada aconsejables y acaba metido en problemas con las mafias tanto locales como de la capital. Tras una serie de sucesos turbios se dará cuenta de que se haya en un callejón sin salida del que sólo podrá escapar a través del deporte.

Crítica: Presentada con todos los honores como la película inaugural del último Festival de Cine de Taipei, Jump Ashin! nos narra la caída y auge de un joven gimnasta que vivirá, en primera persona y en el transcurso de dos horas de metraje, tanto las mieles del triunfo como las hieles de la derrota. Basada en una historia real, tan del gusto del público chino, Ashin, nuestro héroe, creció en el condado de Yilan durante la década de los 80, siendo el mayor de dos hijos criados por una madre soltera. Dotado de una agilidad física encomiable, entró a formar parte del equipo de gimnasia de su escuela, aunque al poco tiempo lo tuvo que dejar para atender las obligaciones familiares. Sin un enfoque claro en la vida, y mal aconsejado por una serie de amigos de dudosa reputación, empezó a frecuentar la compañía de gangsters, lo que se tradujo en una serie de episodios violentos que le obligaron a huir del hogar e instalarse en la gran ciudad de Taipei. La historia se nos presenta como un drama de redención de aquellos de tener los pañuelos a mano. El bueno de Ashin aprenderá a base de palos vitales que lo único importante en esta vida es esforzarse por hacer lo que te gusta, y cualquier desviación de esa motivación tan solo puede tener efectos negativos. Mezclar la elegancia y el espíritu de superación que se destilan de la práctica de este deporte, con el barriobajerismo y la turbiedad característica del universo gangsteril, es una de las grandes bazas con las que se juega en este intenso film. Con escasas escenas de acción donde el protagonista, un fornido y esbelto Eddie Peng (All about Women; Lover’s Discourse), puede demostrar el resultado final de sus numerosas horas de trabajo en el gimnasio (se pasa media película sin camiseta y cuando la lleva suele acabar empapada de lluvia o sudor) y los consabidos escapes humorísticos que suelen entusiasmar al público autóctono pero que dejan indiferente al resto de espectadores, se nos presenta una historia vista una y mil veces, pero no por ello carente de emotividad.

Aunque sí que es cierto que no se escatiman medios a la hora de exacerbar los aspectos sentimentales de la historia (sobretodo en lo concerniente a la relación a ciegas que se establece entre Ashin y una teleoperadora impedida), y los personajes secundarios que aparecen en pantalla no dejan de ser arquetipos sin capacidad de evolución, el film destila un aire de originalidad, impropio de este tipo de producciones destinadas al gran público, gracias a la labor tras la cámara del director Lin Yu-Hsien, un realizador curtido en el mundo de los documentales que sabe imprimir a la narración una fuerza visual que encaja muy bien con la convulsión que envuelve el universo del protagonista (y que en aspectos como la desubicación de la juventud en su entorno inmediato nos recuerda a películas como la gran Buddha Mountain, de Li Yu). Y aún hay más: se tocan (aunque un poco de soslayo) temas como la frágil solidez existente en el seno de una familia desestructurada, así como la diferencia existente entre las mafias locales y las urbanas, matiz de todas maneras mucho mejor desarrollado en la recién estrenada The Yellow Sea de Na Hong-jin.

En definitiva, un film entretenido y muy recomendable que invita a una lectura y análisis más profundo dado el tono serio que paulatinamente va adquiriendo el argumento.

Lo mejor: La credibilidad que inspira la pareja de amigos protagonistas.

Lo peor: El humor introducido con calzador en algunas escenas.

Por nuestro colaborador Francisco Nieto

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