La trayectoria de Takeshi Kitano dio un giro radical irreversible cuando Kinji Fukasaku abandona el proyecto de Violent Cop, substituyéndole él como director. En principio, tan sólo había de intervenir como actor, pero finalmente se encargó de llevar a la gran pantalla el guión del filme, rescribiéndolo en su mayor parte. Kitano empieza a trabajar arduamente en la película de Violent Cop en Agosto del 1989, una tarea laboriosa para él, ya que nunca había dirigido una película y sus conocimientos sobre dirección eran mínimos (más lo era de cinefilia). Finalmente consigue rescatar el proyecto original, siendo su primer trabajo en el que combina la dirección y la actuación.
Después de reapasar la biografía Takeshi Kitano en el reportaje que publicamos ayer, hoy vamos a realizar un recorrido por su filmografía:
Violent Cop (1989). Producción: Bandai Media Division /Bandai Visual, Shochiku-Fuji Company. Guión: Hisashi Nozawa y Takeshi Kitano (no acreditado, solamente retoques). Música: Daisaku Kume. Duración: 103 min.Reparto: “Beat” Takeshi (detective Azuma), Sei Hiraizumi (Iwaki), Makoto Ashikawa (Kikuchi).
Después de visionar su primera película, uno se formula esa pregunta. Una lectura previa al filme también resulta conveniente con tal de valorar adecuadamente el contenido de éste. Recordemos que originalmente debía ser dirigida por Kinji Fukasaku, hasta que éste abandonó el proyecto, substituyéndole en su defecto un Kitano que solamente debía participar como actor. El argumento no presenta una emergente originalidad que indique un quebrantamiento de las formas clásicas del cine noir, policíaco o de yakuzas, géneros en los que se podría inscribir perfectamente. El despliegue de medios tampoco es que sea exagerado, sino más bien limitado, igual que su música, cuyo soundtrack original firma Daisaku Kume, con un gratificante acompañamiento de Eric Satie (escena en la que Azuma atraviesa un puente). Así pues, ¿cuáles son las causas que nos motivan a prestar interés por esta ópera prima? Seguramente deberíamos inmiscuirnos en las raíces del proyecto, es decir, en el guión de la película. Conociendo el proceso de adaptación del guión original, veremos la eficacia del director para readaptar una obra que, por mucho que le convenciese tal y como estaba escrita, quería hacérsela suya para poder sacar a flote su propio estilo narrativo.
Boiling Point (1990). Producción: Yamada Vision. Guión: Takeshi Kitano. Duración: 96 mins. Reparto: Masahiko Ono (Masaki), Yuriko Ishida (Sayaka), Takahito Iguchi (Takashi), Minoru Iizuka (Kazuo), y “Beat” Takeshi (Uehara).
Boiling Point se perfila pues como una vacua reflexión sobre el camino de la madurez, el orgullo como antitesis a la debilidad, y el sentido de la vida y la muerte ante una frustrada realidad. El director presenta a través de tres segmentos diferenciados (que en absoluto confluyen en paralelo como para considerarla una película coral), un amplio despliegue de medios para garantizar la autoría del relato (algo que ya se había propuesto y no había conseguido del todo en Violent Cop). Además, reformula (como lo hará más tarde en Sonatine) la vieja estructura de las películas de yakuzas. En Boling Point también se dejan entrever los excesos típicos del más conservador jitsurokusen eiga, subgénero en permanente evolución (igual que las películas de Kitano), y que para gozo del espectador, plantea la bisexualidad del yakuza protagonista, anarquiza a los personajes principales (sobretodo Uehara y Masaki) y restituye de forma elocuente el símbolo de dominación del yakuza machista ante su resignada amante
Escenas en el Mar (A Scene At the Sea, 1991). Producción: Totsu Co., Bandai Visual y Office Kitano. Guión: Takeshi Kitano. Música: Joe Hisaishi. Duración: 101 mins. Reparto: Kurodo Maki (Shigeru), Hiroko Oshima (Takako), Susumu Terashima (conductor).
Escenas en el Mar es la tercera película que dirigió Takeshi Kitano. Despojándose de la violencia con la que se había estrenado como director en las anteriores Violent Cop y Boling Point, optó por adentrarse en una historia simple, sin apenas guión, argumento o diálogo, a veces algo lenta, y que carece de segundas lecturas, pero que sus imágenes denotan cierta melancolía. Los dos únicos protagonistas principales sordomudos, interpretados por Kurodo Maki (Claude Maki, visto luego en Brother) y Hiroko Oshima, desarticulan la violenta personalidad de los personajes concebidos en las dos historias que anteriormente había ofrecido Kitano; en su oposición, los aleja de la cruda realidad de los bajos fondos, percibiendo en ellos esa inocencia infantil corrompida por el paso de los años, como si de dos niños se tratasen. El papel que desempeñan los dos actores es básico para que la película tenga sentido, es decir, la narración de ésta se construye a medida que transcurre la vida de ambos, recalcando en todo momento la fuerte compenetración que mantienen con tal de sobrevivir en un mundo que, si bien no excluye a las personas de carencia auditiva, no ha conseguido adaptarse a todas sus necesidades (y más en sitios públicos).
Sonatine (1993). Producción: Shochiku, Bandai Visual, Right Vision y Office Kitano. Guión: Takeshi Kitano. Música: Joe Hisaishi. Duración: 93 mins. Reparto: “Beat” Takeshi (Murakawa), Aya Kokumai (Miyuki), Tetsu Watanabe (Uechi), Masanobu Katsumura (Ryoji), Susumu Terashima (Ken) y Ren Osugi (Katagiri).
Sonatine es una acertada producción que se distancia de su anterior propuesta, pero que sigue los caminos iniciados en Violent Cop y Boiling Point (si bien, como veremos, al final termina por independizarse). En cierto modo, lo que pretende con este film es reflexionar sobre los intentos por parte de cualquier individuo de cambiar su vida, de empezar de nuevo, perfectamente simbolizado en el personaje de Murakawa, un yakuza que podría emparentarse perfectamente con los dos personajes de igual calibre que aparecen en Violent Cop (el detective Azuma y su bestial metodología de trabajo) y en Boiling Point (Uehara, ese yakuza que no conoce límites). La insistencia de Kitano por hacernos ver que en el transcurso de la vida uno se enfrenta a toda clase de situaciones extremas, sólo se alivia por el sentimiento de fugacidad que despierta al saber que nuestra existencia es efímera. Ante tanto dolor, sugiere que nos arrimamos al artificio del ocio, del pasatiempo fútil, absolutamente representado e integrado en el filme mediante los juegos infantiles desarrollados por Murakawa y sus hombres en la playa de arena blanquecina.
Getting Any? (1994). Producción: Bandai Visual y Office Kitano. Guión: Takeshi Kitano. Música: Senji Horiuchi y Hidehiko Koike. Duración: 110 mins. Reparto: Minoru Iizuka (Asao), “Beat” Takeshi (científico), Susumu Terashima (yakuza), Ren Osugi (jefe yakuza).
Todo primer contacto con Getting Any? resulta del todo chocante, sobretodo al visionar previamente el caótico trailer, ya que el sudor frío recorrerá la espalda de cualquiera al ver semejante popurrí de géneros. Pero la curiosidad mató al gato, y a uno le entran ganas de ver el producto entero. El resultado final dista mucho de lo imaginado, y aunque no esté exenta de situaciones totalmente prescindibles, el sentido común del director evita que la película solo pueda ser devorada para aquellos amantes de la tele basura o de esas comedias norteamericanas estudiantiles de los años ochenta. Tampoco sigue la metodología del humor inteligente, pero si de un humor bastante clásico, basado en la absurdidad más primitiva, con una influencia directa del cine mudo, así como de personajes nacidos en la industria de Hollywood como Buster Keaton y Jerry Lewis, o de algunas de las narraciones cómicas de Blake Edwards.
Kids Return (1996). Producción: Ota Publishing, Bandai Visual y Office Kitano. Guión: Takeshi Kitano. Música: Joe Hisaishi. Duración: 107 mins. Reparto: Masanobu Ando (Shinji Takagi), Ken Kaneko (Masaru Miyawaki), Morimoto (profesor), Ryo Ishibashi (oyabun yakuza), Susumu Terashima (representante), Masami Shimojo (oyabun yakuza) y Koichi Shigehisa (entrenador).
Kids Return fue presentada en 1996, un año significativo, ya que supuso la vuelta del director después de ausentarse durante un largo período de tiempo, a consecuencia del terrible accidente que casi le costó la vida. Significó el retorno oficial de Takeshi Kitano detrás de las cámaras, el retorno de ese chico malo que durante un año entero se dedicó a meditar el porque de ese trágico accidente. Otro rumbo escogería, otro rumbo guiaría su cine. Kitano puso todo su empeño para concretar esta apasionada propuesta centrada en el mundo de la juventud, mostrando mayoritariamente las aspiraciones y frustraciones de dos chicos algo ofuscados, así como del pasotismo y desinterés que muestran ante la inminente llegada al mundo adulto. Pero este estado no solo lo experimentan ambos jóvenes, sino otros personajes secundarios que sirven para ejemplificar algunas de las preocupaciones básicas de los jóvenes, tales como conseguir un trabajo digno, formar una pareja, los altibajos frutos de la inmadurez, y por encima de todo, no doblegarse ante nada. Tampoco es que perviva el lema de “sexo, drogas y rock and roll”, sino más bien un interés por encontrar un pequeño sitio en este mundo.
Hana-Bi (1997). Producción: Bandai Visual, Tokio FM Broadcasting Company y Office Kitano. Guión: Takeshi Kitano. Música: Joe Hisaishi. Duración: 103 mins. Reparto: “Beat” Takeshi (Nishi), Kayoko Kishimoto (Miyuki), Ren Osugi (Horibe), Susumu Terashima (Nakamura), Makoto Ashikawa (Tanaka), Yuko Daike (esposa de Tanaka), Tetsu Watanabe (Tesuka) y Hakuryu (yakuza).
Hana-bi se puede considerar una obra completa, que trasciende por encima de su valoración cinematográfica, en tanto que en sus poco más de cien minutos de metraje, combina la pintura con la fotografía (gracias a su obsesión por detener el tiempo y los planos), así como la música con la imagen. Hana-bi concluye en una poesía fílmica que plantea y recrea los abismos de la condición humana, así como el remedio en última instancia: el suicido. Más allá de su repercusión social, se perfila como la obra más fascinante de su director, nunca superada por ese dramatismo poético exasperado que aplico a rajatabla en Dolls. Ese es el virtuosísimo adquirido al rodarla: fascinar al público no japonés lo suficientemente como para que se hiciera un hueco entre sus cineastas favoritos. Hana-bi no solo se hizo un hueco en los corazones de centenares de cinéfilos, sino que sirvió para catalogar a Takeshi Kitano como autor, que ya era hora.
El Verano de Kikujiro (1999). Producción: Bandai Visual, Tokio FM, Nipón Herald y Office Kitano. Guión: Takeshi Kitano. Música: Joe Hisaishi. Duración: 106 mins. •Reparto: “Beat” Takeshi (Kikujiro), Yusuke Sekiguchi (Masao), Kazuko Yoshiyuki (abuela de Masao), Kayoko Kishimoto (esposa de Kikujiro), Yuko Daike (madre de Masao), “Beat” Kiyoshi (señor de la parada de autobús), Gureto Gidayu (motorista), Rakkyo Ide (motorista) y Daigaku Sekine (yakuza).
El Verano de Kikujiro no aguarda ningún tipo de secreto. Evidentemente, la incorporación del nombre de su padre al personaje encarnado por el propio Kitano, rinde un tributo homenaje al progenitor que nunca llegó a conocer en profundidad. La elocuencia directa de la historia del pequeño Masao ante el abandono de su madre, pone en evidencia el sentimiento del director por recordar su infancia. Un sentimiento de melancolía que se apoderará de la cámara en bastantes secuencias vacías de contenido. El planteamiento que nos hace Kitano en esta ocasión es evitar la tristeza en todo momento, solamente el aire nostálgico sufragado por la música de Hisaishi impregna de esa cierta melancolía de la que hablaba antes, permitiéndose el lujo de introducir alguna que otra escena emotiva sin caer en lo lacrimógeno, en buena medida gracias al humor que introduce constantemente.
Brother (2000). Producción: Recorded Picture Company y Office Kitano. Guión: Takeshi Kitano. Música: Joe Hisaishi. Duración: 114 mins. Reparto: “Beat” Takeshi ( Yamamoto), Claude Maki (Ken) Omar Epps (Deny), Masaya Kato (Shirase) y Susumu Terashima (kobun).
Brother es la primera película de Takeshi Kitano rodada fuera de las fronteras niponas, en coproducción con el Reino Unido y los Estados Unidos. Como dato curioso cabe mencionar la presencia de Jeremy Thomas como productor, un hombre que ha trabajado durante mucho tiempo con Bernardo Bertolucci en películas como El Último Emperador (1987), El Cielo Protector (1990), Pequeño Buda (1993) y Belleza Robada (1996); y que hizo posible el rodaje de películas como Crash (David Cronenberg, 1996) o The Ogre (Volker Schlondorff, 1996). Se trata de un trabajo que empezaron a germinar en 1995 (recordemos que su vida estuvo en vilo algunos meses a causa del gravísimo accidente); a partir de ahí, se empezó a gestar la preproducción hasta que después de cinco años, tres películas de por medio y algún que otro premio, finalmente pudieron engendrar esta fatalista e inconmensurable Brother. Con este film, Kitano rompió literalmente con sus tres obras anteriores –Kids Return, Hana-bi y El Verano de Kikujiro–, y que si bien los mencionados trabajos también tratan, ni que sea en cuentagotas, el tema de la mafia japonesa, no profundizó suficientemente en ellas como para poder afirmar que fueran auténticas yakuza eigas.
Dolls (2002). Producción: Bandai Visual, Tokio FM, TV Tokio y Office Kitano. Guión: Takeshi Kitano. Música: Joe Hisaishi. Reparto: Miho Kanno (Sawako), Hidetoshi Nishijima (Matsumoto), Tatsuya Mihashi (Hiro), Chieko Matsubara (amante de Hiro), Haruna Yamaguchi (Kyoko Fukada) y Tsutomu Takeshige (Nukui).
Parecía imposible que después de las hordas de sangre que impregnaban la pantalla en ciertas escenas de Brother, pudiera rodar esta historia (o historias) que reflejan el amor como quintaesencia a la desesperación. Y así fue como Kitano se embarcó en este intenso proyecto. Un inesperado giro temático es lo que más sorprende en Dolls, la décima producción de su carrera como realizador, en tanto que arrincona el yakuza eiga (1) para centrarse en la descripción de unos personajes extasiados por el amor. Sin desvirtuar a sus personajes fetiches, esos que pertenecen al mundo criminal japonés, los que se apoyan en un pasotismo pueril o disfrutan con su bajo coeficiente intelectual (que siguen apareciendo, pero de forma más equilibrada), prefiere centrarse en la persecución del ser tocado por la flecha de cupido, del humano apasionado, en definitiva, del amor llevado a sus máximas consecuencias.
Zatoichi (2003). Producción: Bandai Visual, Tokyo FM, Dentsū, TV Asahi, Saitō Entertaintment, Office Kitano, Chieko Saitō, Shōchiku. Guión: Takeshi Kitano, basado en el relato de Kan Shimozawa. Música: Keeichi Suzuki. Duración: 115 mins. Reparto: “Beat” Takeshi (Zatoichi), Michiyo Ookusu (Oume), Gadarukanaru (Shinkichi), Daigorô Tachibana (Geisha Osei), Yuuko Daike (Geisha Okinu), Tadanobu Asano (Hattori Gennosuke).
Takeshi Kitano dirige por primera vez una jidaigeki, es decir, una película de época que recrea el pasado medieval japonés, centrada además en la figura de Zatoichi. La leyenda del masajista ciego es un relato escrito originalmente por Kan Shimosawa; Kitano escribió el guión para el film partiendo de dicho relato, añadiéndole su toque personal para diferenciarlo, así como para poder revindicar un poco la autoría del mismo (1). Aún así, e igual que con Violent Cop, no es una producción cien por cien “kitaniana”, por muy visible que resulte su estilo en sus casi dos horas de metraje, en buena medida por la sistemática aplicación de su tradicional narrativa, que evoluciona un paso hacia adelante al romper, no solo con el modelo clásico del género, sino también con su propio pulso narrativo, desestructurado si cabe, pero que supone un grado de madurez en su carrera.
Takeshis’ (2005). Producción: Bandai Visual, Tokyo FM, Dentsū, TV Asahi, Office Kitano. Guión: Takeshi Kitano, basado en el relato suyo “Fractal”. Música: Nagi. Duración: 108 mins. Reparto: Takeshi Kitano (“Beat” Takeshi / Mr.Takeshi), Kyono Kotomi (Novia de “Beat “Takeshi / Mr.Takeshi), Ren Osugi (Takeshi’s manager), Susumu Terajima (Amigo de “Beat” Takeshi), Kayoko Kishimoto (mujer incordio).
Tomando prestado el nombre del thriller psicológico rodado en 1997 por Wim Wenders, podemos resumir el núcleo temático de Takeshis: la violencia como colofón final, la muerte del artista tal y como lo conocíamos. Suena fácil y pretencioso, pero quienes hayan devorado su cine desde el primer fotograma de Violent Cop, entenderán este punto y aparte que significa Takeshis’: Si en Zatoichi ponía todo el cariño del mundo en recuperar a un personaje muy popular del cine japonés y, a ritmo de chambara, diseñaba una película ciertamente posmoderna remasterizando ciertas fórmulas narrativas y conceptuales utilizadas en la cinematografía japonesa, en Takeshis’ va un poco más allá, pues penetra directamente en su subconsciente mediante dos personajes, que no dejan de ser su alter ego, para desentrañar todo su pasado como artista (ya sea en el medio cinematográfico como en el televisivo). Todo ello, sin caer en pedanterías dignas de cualquier director en plena decadencia creativa.
Kantoku Banzai (2007). Producción: Bandai Visual , Tokyo FM, Dentsū, TV Asahi, Office Kitano. Guión: Takeshi Kitano. Música: Shinichiro Ikebe. Duración: 104 mins. Reparto: “Beat” Takeshi, Anne Suzuki, Keiko Matsuzaka, Emori Toru, Ren Osugi, Susumu Terajima, Akira Takarada, Tetsu Watanabe, Shun Sugata, Kazuko Yoshiyuki y Masato Ibu.
Algunos pensaban que no había vida después de Takeshis’? Evidentemente. Otra cosa es que sea inteligente. Kitano nos vuelve aleccionar con una nueva película que, lejos de parecerse a la anterior, parece burlarse cariñosamente de todo cineasta viviente: profesión que precisamente él ha elegido para transmitirnos su arte de vivir. Otra película en la que opta por difuminar su argumento, no llegándose a concretar nunca. ¿Todo el mundo podrá disfrutar (o comprender) Kantoku Banzai? Takeshis nos demostró que no. No todo el mundo parece dejarse llevar por el subconsciente de un director que, lejos de ser un iconoclasta, revive el buen aroma que nos dejan ciertos paisajes del cine nipón contemporáneo. Ese sentimiento de estar contemplando una película japonesa simplemente por gusto o elección personal es el que aflorará en Kantoku Banzai; pero también esa sensación de estar contemplando una película ambigua colocada estratégicamente entre todo el abanico de producciones forjadas en Japón, para precisamente, remarcar la diferencia entre estas y la praxis empleada por el hombre que un día dudó de si su padre era un yakuza.
Achilles and the Tortoise (2008). Producción: Bandai Visual , Tokyo FM, Dentsū, TV Asahi, Office Kitano. Guión: Takeshi Kitano. Música: Yuki Kajiura. Duración: 119 mins. Reparto: “Beat” Takeshi, Kanako Higuchi, Kumiko Asô, Aya Enjôji, Kuruo Hatoyama, Miki Hayashida, Masatô Ibu.
Después de la televisión y el cine, Takeshi Kitano la emprende contra el «cruel mundo del arte» en Achilles and the Tortoise, presentada en la Sección Oficial de la Mostra de Venecia. El cineasta japonés, confesó a los medios que tras realizar esta película se siente «liberado» cinematográficamente. «No sé qué haré después, si será o no una de gánsters, pero he conseguido reconciliarme conmigo mismo y con mi idea del éxito», precisó el realizador. El filme cuenta la historia de Machisu, el hijo de un empresario y coleccionista de arte que pinta de manera obsesiva. Kitano realiza un recorrido cronológico por la vida de Machisu, personaje ingenuo y «maleable ante las opiniones» de los demás, que en su frustrado camino hacia el reconocimiento artístico lleva al absurdo las directrices de un marchante de arte.
Outrage (2010). Producción: Bandai Visual, Tokyo FM, Omnibus Japan, Office Kitano. Guión: Takeshi Kitano. Música: Keiichi Suzuki. Duración: 109 mins. Reparto: “Beat” Takeshi, Kippei Shiina, Ryo Kase, Tomokazu Miura, Jun Kunimura, Tetta Sugimoto, Takashi Tsukamoto, Yuka Itaya.
En una lucha sin piedad por el poder, varios clanes yakuza se disputan el favor del líder. Los rivales ascienden en la organización a base de complots y de falsas fidelidades. Otomo (Takeshi Kitano), yakuza desde hace mucho tiempo, ha visto progresar a sus iguales: de los tatuajes elaborados y las falanges seccionadas han pasado a las altas finanzas. Su combate para llegar a la cima, o al menos sobrevivir, no tiene fin en un mundo de corrupción donde reinan la traición y la venganza. Un mundo donde no existen los héroes.
Outrage Beyond (2012). Producción: Bandai Visual, Tokyo FM, Warner Bros, Office Kitano. Guión: Takeshi Kitano. Música: Keiichi Suzuki. Duración: 109 mins. Reparto: “Beat” Takeshi, Kippei Shiina, Ryo Kase, Tomokazu Miura, Jun Kunimura, Tetta Sugimoto, Takashi Tsukamoto, Yuka Itaya.
Reportaje elaborado a partir extractos del libro «Made in Kitano» publicado por Eduard Terrades Vicens para CineAsia en el año 2007.