Masahiro Kobayashi:”En Japón existe un boicot hacia mis películas”
La presencia del reconocido cineasta japonés en la quinta edición del Festival Cines del Sur de Granada hizo brillar, aún más si cabe, la proyección de su película Haru´s Journey en la sección oficial del certamen. CineAsia tuvo el privilegio de compartir con él una larga, al igual que intensa y reveladora, entrevista que puso de manifiesto lo que ya muchos vislumbramos a través de su filmografía: la increíble carga de humanidad y compromiso social que se esconden tras la figura de este enigmático director.
CineAsia: ¿Existe un antes y un después de Haru’s Journey tras el terremoto? ¿Cómo la concibió en un principio y cómo la ve ahora?
Kobayashi: Para mí el concepto no ha cambiado mucho ya que la película se rodó antes de que se produjera el tsunami, de modo que el contenido y el mensaje de la historia siguen siendo los mismos. Sin embargo, no puedo negar que tras esta tragedia el film ha atraído mucho más la atención. Lo que realmente me interesaría es averiguar si el protagonista de mi anterior película, Wakaranai, se encuentra a salvo.
CineAsia: ¿Acaso quiere decir que vivía en la zona afectada?
CineAsia: En casi todas sus películas hay una muerte, un dolor, pero también se entiende como una liberación para aquellas personas que quedan después (la nieta de Haru’s Journey podrá ir a Tokio; en Bashing la hija podrá volver a Irak; en Wakaranai el hijo se libera de la responsabilidad de la madre)… ¿Cómo entiende usted la muerte?
Kobayashi: Difícil pregunta. Hay un dicho que dice que la muerte es una de esas pocas cosas que nadie puede experimentar para luego volver a venir y contarlo, de ahí mi curiosidad por indagar en este tema. A medida que me hago mayor y me voy acercando cada vez más a mi propio fin, mi interés por retratar la muerte va en aumento. De hecho el protagonista de mi próximo proyecto también acaba muriendo.
CineAsia: Cuando presentó The Rebirth en el Festival de Las Palmas comentó que hizo la película como una especie de terapia para salir de una profunda depresión, fue como un renacimiento; ¿siente que con Haru’s Journey le ha pasado lo mismo, ha “nacido” de nuevo?
Kobayashi: Es cierto que tras la película sí he vivido un despertar de esa apatía en la que estaba sumido. Ahora he comprendido que ante situaciones como ésta uno no puede quedarse sentado sin hacer nada, ha de moverse y éste es el impulso que me lleva a seguir trabajando. En cuanto a la posibilidad de un renacimiento tanto mío como de mi propio país, sinceramente, tengo serias dudas.
CineAsia: ¿Por qué esa desconfianza en la recuperación de su país? ¿No es cierto que ya lo demostraron en otros momentos de la historia y con éxito?
Kobayashi: Creo que nunca ha habido tal renacimiento. No importa lo que ocurra, los japoneses nunca cambian, por eso desconfío de que en Japón se pueda dar un movimiento de globalización o internacionalización porque aún seguimos teniendo la mentalidad hermética de una isla. En mi país llamamos a esta forma de vivir y pensar el ‘fenómeno Galápagos’ haciendo referencia a los pájaros dodos que vivían en estas islas. Los dodos acabaron extinguiéndose y aunque evolucionaron para subsistir dentro de su hábitat nunca aprendieron a volar y jamás salieron de allí.
CineAsia: Sin embargo, todos hemos visto la gran solidaridad que ha demostrado su pueblo tras esta última catástrofe.
Kobayashi: Sí, probablemente tenga razón pero la actitud de los líderes políticos en Japón tras este suceso deja mucho que desear. Lejos de defender las bases de la democracia y mostrar una actitud de respeto hacia el pueblo lo que están haciendo es lanzar mensajes exculpatorios delegando la responsabilidad total y absoluta sobre los ciudadanos, ya que según dicen, fueron éstos los que los eligieron como líderes.
CineAsia: Uff… Podríamos estar hablando de estos temas largo y tendido, pero vamos a volver a su cine y a su última película: ¿cómo es trabajar con un actor mítico como Tetsuya Nakadai que, además, a sus casi 80 años, hace una actuación impresionante?
Kobayashi: Trabajar con actores que te superan en fama no es tarea fácil porque muchos se vuelven arrogantes y te exigen cambiar el guión si una frase no les convence. Este tipo de percances puede suponer el éxito o fracaso de una película, así que confieso que cuando pensé en Nakadai para hacer el papel me preocupaba que tuviera este tipo de actitud. Por eso cuando le envié el guión le pedí por favor que me diera su opinión y si necesitaba modificar algo que lo hiciera antes y no durante el rodaje. Me contestó que el guión le parecía perfecto, que no pretendía alterar absolutamente nada. Todo parecía ir tan sospechosamente bien que aún no estaba del todo convencido. Fue al conocerlo personalmente cuando todas mis dudas se desvanecieron. Como profesional lo admiro y respeto porque se involucra muy seriamente en todo lo que hace. A nivel personal es alguien que trasmite muchísima ternura y humanidad. Ha sido una gran experiencia conocerle, de hecho tenemos previsto seguir trabajando juntos en mi próxima película.
CineAsia: Ha tardado más de 10 años en rodar Haru’s Journey, ¿qué le llevó a guardar el guión durante tanto tiempo?
Kobayashi: Mi intención era rodar una película al estilo Cuentos de Tokio para homenajear la figura de la familia tradicional japonesa. Sin embargo, tras el atentado del 11 de Septiembre las películas que verdaderamente llamaban la atención en los festivales internacionales eran las que iban cargadas con una temática algo más política. Comprendí que el proyecto, por aquel entonces, no tenía muchas posibilidades de prosperar. A eso hay que unirle las dificultades que encontré a la hora de conseguir financiación para el film. Me lancé a trabajar en otras películas pero nunca olvidé el guión de Haru´s Journey. A lo largo de estos años lo he ido modificando y adaptando hasta conseguir lo que veremos hoy.
CineAsia: Entre Sunji Iwai, Hirokazu Kore-eda y Naomi Kawase, ¿de quién se siente más cercano?
Kobayashi: Hoy en día es muy difícil aportar algo nuevo, por eso me limito a montar collages de las películas que he visto y tanto respeto, pero con un tono de parodia. Mis personajes son personas corrientes que utilizo para hablar de temas sociales y políticos. Me valgo de ellos para poder expresarme y escribir sobre la situación personal que estoy atravesando en ese momento, como hice con Bashing.
Kobayashi: Durante mi adolescencia probé a ser cantante de música folk japonesa y el hábito de tener un estribillo en las canciones me influyó de tal manera que acabé adoptándolo en mi manera de hacer cine. Para mí no tiene ningún interés el contar una historia de corrido. Considero que es necesario aportar estos inútiles, aburridos y cotidianos lapsus de tiempo que, indiscutiblemente, por muy tediosos y carentes de acción que parezcan, forman parte de la vida misma. Cada vez que inicio un guión nuevo siempre me digo que no volveré a hacer uso de estas repeticiones pero al final acabo recurriendo a ellas porque es así como me gusta contar las historias.
CineAsia: En la mayoría de sus películas retrata y critica el rechazo social que experimentan sus protagonistas, ¿se ha sentido usted alguna vez así?
Kobayashi: Sí, así es. Cuando mi segunda película llamó la atención en Cannes la industria cinematográfica en mi país en lugar de darme la enhorabuena me recibió con una actitud un tanto agria. Querían saber cómo una producción tan modesta, sin apenas recursos había podido triunfar en un festival tan prestigioso. Llegaron incluso a preguntarme que con cuántos hombres había tenido que dormir para conseguir tal reconocimiento. De hecho, tras el éxito de mi trabajo en Europa, he tenido que sufrir el boicot y las trabas que la industria japonesa ha impuesto en la realización de mis films. Este hecho me afectó profundamente y siempre lo he llevado conmigo. En Japón existe un dicho que habla del rechazo que experimentarás de los demás si intentas sobresalir en algo. En cierto modo creo que yo he sido una víctima de esta mentalidad.
CineAsia: El silencio también es un recurso muy utilizado en sus películas… ¿cuál es la razón que le induce a utilizarlo y cómo trabaja con él?
Kobayashi: En primer lugar si la película contiene muchos diálogos, a la hora de subtitularla se necesita más presupuesto (ja, ja, ja). Sin embargo, esto no quiere decir que rechace los guiones con mucho texto, no, al contrario, de hecho hay muchos trabajos que me gustan por sus abundantes diálogos. Cuando hice The Rebirth me propuse volver a los orígenes del cine mudo, prescindiendo de todo sonido e incluso de la música. Pero lógicamente hacer algo tan drástico no siempre resulta rentable: al final tienes que utilizar algún elemento sonoro porque si no el público en la sala acabaría durmiéndose y el libreto de tu guión apenas ocuparía unas cuantas hojas. Con simples anotaciones describiendo los movimientos de los protagonistas no se puede rellenar una película de 90 minutos. Al final, en mayor o menor medida, hay que recurrir a los diálogos.
CineAsia: La película más distinta de su filmografía puede que sea White Night, rodada en Francia y posiblemente en la que más hablan, es como una isla, ¿cómo fue esa experiencia?
Kobayashi: Sí, es cierto, White Nights se puede definir como una isla apartada de todo. El guión de esta película lo escribí hace 25 años después de regresar de un viaje a Francia. Un año antes mi madre había muerto y decidí dedicárselo a su memoria. Durante muchas ocasiones estuve tentado de cambiarlo porque lo escribí cuando tenía 32 años y me parecía un tanto infantil pero decidí conservar la esencia de mi yo más joven e inexperto y lo dejé tal cual. Que el film viera la luz fue meramente fortuito: un día un actor me comentó si tenía algún guión en el que pudiera trabajar y le mostré esta antigua historia que llevaba conmigo más de veinte años. Así es como nació White Nights.
CineAsia: En la carta que leeremos esta noche en la presentación de su película Haru’s Journey, dice que quiere dar coraje para seguir viviendo y aprovechar para renovarse como cineasta. Al hilo de esto, ¿qué puede decirnos sobre sus próximos proyectos?
Kobayashi: Pienso que después de la catástrofe del 11M las películas en Japón deben enfocarse y contar algo diferente a lo que se estaba haciendo hasta ahora. Yo mismo pienso unirme a esta manera de trabajar. En cuanto a mi próximo proyecto, he pedido a Tetsuya Nakadai que de nuevo colabore conmigo y en cuanto pueda ajustar su agenda y la financiación salga adelante nos pondremos a rodar juntos. La historia trata sobre la vida de un anciano enfermo de cáncer que decide encerrarse y sellar la puerta de su habitación con el fin de morir poco a poco de inanición. La idea la tomé de una noticia real que ocurrió en Japón sobre una familia que estuvo usurpando la pensión del padre ya fallecido y de cuya muerte no habían informado.
Admito que mi juicio, valoración y opinión sobre el director nipón Masahiro Kobayashi ha cambiado con esta entrevista y la hora y media larga compartida con él… de hecho, se ha hecho grande y hermosa… como mi admiración por él. Por muchos años… maestro.
Entrevista realizada por Rocío Vázquez y Gloria Fernández.