Con motivo de la reciente inauguración de su nueva instalación audiovisual, Ventanas (2024), coincidiendo con la celebración del Año Nuevo chino y dentro del marco de la exposición temporal ZHŌNGGUÓ. El País del Centro, que se puede visitar hasta el 5 de mayo de 2024 en el Museo Nacional de Antropología de Madrid, tuvimos la oportunidad de charlar con el cineasta y artista chino, afincado en España, Yu Depeng. Una entrevista de Jesús Palacios.
Yu Depeng (China, 1978) cursó estudios en la Academia de cine de Pekín y es uno de los precursores del videoarte y el cine experimental del norte de China. En 2016 estableció su laboratorio de cine independiente en Europa, con el nombre de 9 Film Studio. Sus trabajos, entre el cine, la fotografía y el vídeo, se han centrado en las fronteras de la gramática audiovisual, la identidad migrante y diferentes aproximaciones estéticas alternativas inspiradas en la tradición cultural y el pensamiento chinos.
Sus obras, entre ellas el documental sobre los artistas chinos contemporáneos Volar a la troposfera (Fly to the Troposphere, 2011), han sido exhibidas en centros, museos y festivales cinematográficos como el Whitebox Art Center de Pekín, Ars Santa Mónica Barcelona, el festival MADATAC o Matadero Madrid, donde sus anteriores videoinstalaciones Perro callejero (2019) y la reciente Cielo redondo y Tierra cuadrada (2023), fueron acogidas con gran éxito de asistencia y crítica. Desde 2017 trabaja en la Comunidad de Madrid donde ha fijado su residencia, siendo uno de los primeros artistas chinos contemporáneos que colabora con profesionales españoles.
Con Ventana, el artista y cineasta prosigue su aproximación al tema de la migración desde su singular inspiración en la cultura y el pensamiento chino, combinados con la omnipresencia de la tecnología digital y la imagen del siglo XXI.
COMIENZOS
CineAsia: ¿Cómo se despertó su interés por el cine y lo audiovisual?
Yu Depeng: Aunque empecé a estudiar pintura desde pequeño, me decidí a estudiar cine, primero en China y más tarde en Europa. Supongo que porque descubrí que la expresión cinematográfica es más directa y descarnada que la pintura a la hora de registrar los cambios del mundo en imágenes.
CA: ¿Qué nos puede contar de sus inicios en China?
YD: El cine europeo ha tenido una gran influencia en los directores chinos de mi generación. En los años 90 empezaron a llegar muchos libros y películas europeas. También varios profesores de la escuela de cine (de Beijing) tuvieron una gran influencia en mí. Al principio, en China sólo podía hacer algunas películas independientes y experimentales, tenía que sobrevivir haciendo anuncios y series de televisión.
CA: ¿Cómo era entonces la situación del videoarte y el cine experimental en China?
YD: La situación del arte contemporáneo y del cine experimental era muy precaria, incluso a principios de los años 2000. Había muy pocos museos de arte contemporáneo, galerías de arte o profesionales de la imagen en movimiento. Básicamente, mis primeras piezas de video y experimental las proyectábamos en algunos pequeños cafés de los hutong (callejones) de Beijing. Y ocasionalmente en algunos festivales de cine independiente que empezaban a organizarse en China.
CA: ¿En qué momento decidió instalarse definitivamente en Europa y en particular en España?
YD: Vine a Europa a trabajar hacia el año 2016 porque me propusieron varios proyectos de videoinstalación y cine en centros de arte y museos en Madrid y Barcelona. Y decidí quedarme, fundando el proyecto 9 Film Studio con un equipo de profesionales locales.
CA: ¿Ha sido difícil encontrar colaboradores y técnicos españoles que compartan su visión?
YD: Sí, ha sido complicado. Trabajo con un equipo de colaboradores habituales que hablan chino o sienten cercanía por mi forma de ver el arte y el cine.
CA: ¿Fue también complicado hacerse hueco en el panorama del arte audiovisual español?
YD: Claro, la calidad del arte y la audiencia en España son muy exigentes. Es complicado hacerse un hueco, en mi caso creo que me ha ayudado rodearme de profesionales locales. Paradójicamente, al principio me ayudó el hecho de que soy un artista de la diáspora y esto ha despertado un interés en los programadores y en los comisarios, por ser como una “rareza” en el panorama. Por eso, cada vez más, trato de hacer proyectos que puedan ser más universales y no solo estén centrados en cuestiones tan particulares como la migración.
LA MIRADA MIGRANTE
CA: Como parte de la diáspora china, ¿siente cierta obligación de que sus obras reflejen la problemática de esta diáspora y sus consecuencias?
YD: En parte sí, en China lo colectivo y formar parte de un grupo es muy importante. Pero una vez en España he intentado de forma consciente trabajar en mi propia individualidad.
CA: ¿Ha temido alguna vez que la condición de artista expatriado constituya una desventaja?
YD: En realidad, no lo he sentido como una desventaja, en ocasiones me ha abierto las puertas a ciertos proyectos precisamente por ser un artista expatriado, pero me preocuparía que se encasillara mi trabajo dentro de exposiciones dedicadas solo a “lo chino”.
CA: ¿Cómo influye la condición de migrante en su obra?
YD: Principalmente en el lenguaje y en las referencias culturales que utilizo en mis trabajos. No me interesa tanto hacer un documental social de la migración, que sería lo más obvio, sino reflexionar sobre cómo te puedes sentir siendo una persona de fuera que decide empezar en otro país, en otra cultura. Y en lugar de retratar una situación particular de una comunidad o un colectivo social concreto, prefiero trabajar sobre la sensación universal de verse desplazado o fuera de lugar, que creo puede ser común a todos los seres humanos. Por lo general, no me gusta ser muy explícito en mi trabajo, de modo que utilizo metáforas o sugerencias para crear una atmósfera o una sensación en el público que pueda dejar más abierto el relato.
CA: ¿Hasta qué punto obras como Perro callejero o Ventanas funcionan como reflexión sobre la condición migrante?
YD: En las dos hay un elemento en común: los personajes no hablan, solo pueden respirar. Es como si no pudiera hacer otra cosa más que sobrevivir. En Perro callejero hay un personaje con una máscara que pasea por el barrio de Usera o por el metro. Es decir, en lugares cotidianos aparece de pronto este personaje con una careta de perro, generando una sensación de extrañamiento. Este personaje, que no para de ir de un lado a otro como si estuviera buscando algo que no encuentra, es como un espectro. Nunca oímos su voz ni vemos su rostro. En Ventanas, en cambio, tenemos un primer plano estático de un mosaico de rostros de personas migrantes de origen chino que respiran hasta la extenuación. No viven, más bien sobreviven en silencio. Hay un momento en el que su rostro individual se difumina y no se ve, está ahí porque lo oímos respirar pero ni lo vemos…
CA: Con Ventanas tiene uno la sensación de que ha intentado reflejar casi físicamente la angustia en que vive el migrante chino, al borde de la desintegración individual…
YD: Claro, es un trabajo que reflexiona sobre la supervivencia del individuo. Aunque no me gusta dirigir la mirada del espectador y prefiero que cada uno lo interpreta según su sensación. Para algunos verlo genera mucho sufrimiento, para otros es inquietante y hay gente que simplemente ni se entera y después de unos segundos sale de la sala…Tiene algo que ver con el espectador que lo mira y su capacidad para leer los códigos.
CA: Por otra parte, obras como Cielo redondo y tierra cuadrada manifiestan claramente su deuda con el arte y la filosofía china… ¿En qué medida siente que su obra está ligada a su propia cultura original?
YD: En Cielo redondo y Tierra cuadrada hay muchas connotaciones estéticas de la pintura china de paisaje y de la literatura china tradicional. El protagonista es un outsider que vive en la montaña, a la orilla del río, con sus caballos, es como esos personajes que en Europa se conocen como ronin por el cine japonés. Pero curiosamente algunos críticos que vieron mi trabajo sintieron que existe una conexión con los místicos de la literatura española, como San Juan de la Cruz o Santa Teresa. Este crossover me parece muy divertido.
VIDEOARTE, CINE, VIDA
CA: ¿Cómo definiría su visión particular del videoarte?
YD: Me interesa introducir elementos del lenguaje fílmico y jugar con ellos. Por ejemplo, la pluralidad de pantallas y la fragmentación del relato visual. Por eso el montaje juega un papel importante en mis videos. También la relación con el espacio en el que se va a exponer, como en Ventanas donde la sala está envuelta en una luz de color rojo que inquieta y perturba al espectador, sería la sensación más cercana a hacer una película de suspense o terror que obliga al público a apartar la mirada en ciertos momentos. Me interesa que el video sea un arte expandido, que puede conseguir sensaciones como lo hace el cine pero a través de un giro en la gramática audiovisual.
CA: La mayor parte de sus obras entran dentro del marco experimental y el videoarte… ¿Se ha planteado alguna vez incursionar en el cine narrativo tradicional?
YD: Sí, escribo guiones nuevos casi todos los años y participo en festivales para encontrar productores y fondos que puedan estar interesados en filmar películas más narrativas e incluso documentales. En China trabajé más en proyectos narrativos, como series de televisión y también filmé varios documentales. Pero la industria del cine es muy compleja y se tarda mucho en construir un proyecto, mientras que estos trabajos experimentales me permiten filmar con más libertad e inmediatez.
CA: ¿Qué artistas y cineastas le han inspirado o le atraen más?
YD: Siempre vuelvo a los pioneros, cuando era estudiante en China en los 90 me impresionó mucho ver por primera vez Un perro andaluz y las películas de Luis Buñuel. Tal vez fue la primera aproximación a una experimentación audiovisual y me abrió la mente a pensar que se pueden subvertir los discursos fílmicos más clásicos. En general, veo cine en los festivales, los estrenos y nunca me pierdo las películas de Aki Kaurismaki o Ken Loach.
CA: ¿Es el futuro del cine experimental el museo y la sala de exposiciones? ¿O sus obras tienen también entidad cinematográfica independiente de su contexto como instalación?
YD: Siempre hago dos versiones de mis trabajos, una para ser expuesta en sala y otra para proyectar en festivales de cine y que “aguanta” en sala de cine sin problema.
CA: ¿Cuáles son sus nuevos proyectos?
YD: Estoy trabajando en otra exposición bastante grande este año y en una película documental. Además, estoy escribiendo un guion de ficción.
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