Aunque llevo ya como seis o siete entrevistas con este director en otros festivales y, en concreto, en el marco del Festival de San Sebastián (cada vez que ha ido a presentar alguna de sus películas), siempre me siento como si fuera la primera vez, con esas “mariposillas” en el estómago de nervios, ese anhelo de ¿se acordará de mí aunque hayan pasado dos años? En fin, como una adolescente ante una primera cita o, mejor dicho, como si fuera una principiante y no llevara más que un par de entrevistas hechas en mi carrera (cuando la verdad es que ya suman unas cientos de ellas realizadas en distintos festivales). Y, como es habitual, Koreeda san tiene la habilidad de dejarme desarmada… y no tengo más que caer rendida a sus pies. Aquí os dejo testimonio de mi rendición absoluta a este maestro en el pasado Festival de San Sebastián cuando nos presentaba Broker en la Sección Perlas del certamen.
CineAsia: Encantada de volver a verle un año más y, creo que es como mi sexta o séptima entrevista con usted… pero no sé si se acordará de mí…
H. Koreeda: Sí, sí, claro, eres una persona que se queda en la memoria.
CineAsia: Bueno, ¿pero para bien o para mal?
H. Koreeda: Para bien, para bien, claro…
CineAsia: Ayer tuve la oportunidad de ver su película y, de nuevo, enhorabuena, porque lo ha vuelto a conseguir. Hay una frase dicha en España que es: “más difícil todavía” y yo quisiera saber si a él le gustan los retos: se fue a Europa con ‘La verdad’ (2019) y ahora se ha ido a probar nuevos mundos en Corea. ¿Qué será lo próximo, Hollywood?
H. Koreeda: (Se ríe) Sería una opción sí. Si el proyecto me interesara estaría dispuesto.
CineAsia: ¿Y por qué Corea?
H. Koreeda: En el caso de La verdad fue porque me invitó Juliette Binoche a realizar una película en Francia. En este caso fue algo parecido, yo había trabajado hacía ya doce años con la actriz Bae Doona (Air Doll) y llevábamos tiempo queriendo volver a trabajar juntos. También me gustaba mucho el actor Song Kang-ho (Parásitos), con quien tengo bastante contacto cada vez que voy a festivales internacionales o a Corea del Sur, y llevábamos tiempo diciendo que teníamos que hacer algo juntos también. Cuando se me ocurrió el argumento para esta película, me pareció que Corea del Sur era el lugar ideal para situar la trama. Hablé con ellos, con productores de Corea del Sur y me preguntaron que qué actores quería y yo tenía claro que quería a estos dos, sobre todo a Song Kang-ho que es un actor muy bueno al que admiro. Así nació este proyecto.
CineAsia: ¿Y con IU? Es una idol en Corea así que, ¿cómo consiguió que participara en el proyecto?
H. Koreeda: En estos años que por culpa del Covid hemos tenido que quedarnos en casa me enganché a las series de televisión (ja ja ja). Estaban poniendo una serie en particular, My Mister (2018), protagonizada entre otros por IU. Me pareció que era muy buena actriz y empecé a buscar más cosas suyas, me compré hasta CDs suyos y me convertí en un fan más. Cuando la productora me preguntó sobre qué actores y actrices quería también les di su nombre.
«Bae Doona desde un primer momento entendió lo que yo buscaba con la película y le estoy muy agradecido.»
CineAsia: ¿Qué tal el reencuentro con Bae Doona?
H. Koreeda: Posiblemente sea la persona que entendió mejor lo que quería hacer desde un primer momento. Le entregaron un guion traducido al coreano y algunas cosas de su personaje y algunos diálogos no le encajaron con la visión que ella creía que yo tenía sobre la película. Hablamos mediante un intérprete de los puntos que no encajaban e hizo que me diera cuenta de que algunas cosas no estaban bien traducidas, así que las cambiamos en el sentido que yo realmente quería. Así que desde un primer momento entendió lo que yo buscaba con la película y le estoy muy agradecido.
CA: Hablando justamente del personaje de Bae Doona, creo que uno de los temas de la película es que los seres humanos juzgamos muy rápido a los demás. Las policías juzgan sin conocer y creo que el personaje de Bae Doona, al igual que los espectadores, tiene esa evolución cuando empieza a conocer y a entender los personajes. Parece que ella realice el mismo viaje que el espectador.
H.K: Efectivamente. Es lo que yo buscaba: identificar la mirada del espectador en el personaje de Bae Doona. Una de sus primeras frases de la película: “para eso no haber tenido al niño”, es una frase que escuchaba siempre cuando hablaba con las personas que estaban en contra del sistema de los llamados “buzones de bebés”. De alguna manera a lo largo de este viaje de dos horas, los sentimientos de un vehículo se van acercando a los del otro y ya no es todo ni blanco ni negro, sino que es en escala de grises. Cuando al final coge al bebé en brazos de alguna manera acepta su existencia y se convierte también en un reflejo de cómo los espectadores que a priori estaban en contra de esa existencia la terminan aceptando.
CA: Hay dos cosas que veo diferentes en su película, una es la concepción de la familia. En sus otras películas ya conocemos a las familias: en ‘Un asunto de familia’ (2018) la conocemos desde el principio, en ‘Nadie Sabe’ (2004) igual con ese grupo de niños y en ‘De tal padre, tal hijo’ (2013) lo mismo. Es decir, siempre hay una familia y a partir de ahí se establece la historia que quiere contar. Aquí, por el contrario, esa familia se va haciendo a lo largo de la película; vemos cómo se forma una familia.
H.K: Efectivamente, en este caso tenemos a una serie de personas que conviven en un mismo espacio durante dos o tres días. Cuando dentro de diez o quince años piensen en el concepto de “familia”, la imagen que van a tener de su propia familia, es la de las personas que convivieron en ese coche a través de momentos y experiencias comunes, como la del lavado del coche en la que todos se mojan a la vez, este tipo de cosas.
«Cuando dentro de diez o quince años piensen en el concepto de “familia”, la imagen que van a tener de su propia familia, es la de las personas que convivieron en ese coche.»
CA: O sea que es eso un poco, ver cómo se forma la familia en vez de ver a la familia ya formada.
H.K: Bueno al principio cuando escribí el argumento efectivamente era la historia de cómo estos hombres que están vendiendo bebés terminan de alguna manera formando una familia con la mujer que ha abandonado al bebé; pero decidí no quedarme solo en esto, sino que quise ampliar el círculo incluyendo a la mujer policía que al final es casi como si formase parte también de la familia a pesar de no convivir con ellos. Si ampliamos el círculo aún más es casi la sociedad entera la que debe formar parte de estas personas que van a sacar adelante a ese niño.
CA: La otra diferencia es que normalmente suele utilizar siempre un mismo espacio, ensayando mucho con los actores para que se familiaricen con el lugar, y puedan actuar con mayor naturalidad. En este caso, la película es una road movie, es decir, todavía lo complica un poco más. ¿Por qué ese cambio?
H.K: Desde un primer momento decidí que esta era una película sobre un viaje, que podemos llamar road movie, aunque tampoco era mi primera vez, Kiseki (2011) también era, en cierto modo, un viaje. También hay otro motivo: el hecho de estar filmando en el extranjero. En el caso de Francia lo hicimos en un espacio limitado, dentro de una casa. En el caso de Corea del Sur yo no sé cómo es su día a día, entonces me resultaba muy difícil reflejar la vida en una ciudad de allí. Me pareció mucho más útil tomar como esquema la road movie y que el espacio delimitado fuera el coche.
CA: Hay una escena que me parece muy simbólica y me llegó mucho: la escena de la noria. Song Kang-ho le tapa los ojos al niño para que no se maree y, a la vez, en la otra cabina Kang Dong-won le tapa los ojos a IU también. Es algo como: “ahora estamos aquí arriba, vamos a aislarnos, no vamos a ver la realidad y ya cuando bajemos nos enfrentaremos a ella”. ¿Fue algo así?
H.K: Me parece una interpretación muy interesante, yo no había llegado hasta ahí. Lo que sí que tenía en mente es que de alguna manera los sentimientos más difíciles de decir, cuando tenemos algo muy sincero que decir, es mejor hacerlo en la oscuridad. Por ejemplo, cuando estás en un tren, vas a decir algo muy importante y justo en ese momento entra en un túnel y con el estruendo no se oye nada. Cuando estás en la habitación de un hotel (como les pasa a los personajes) y cuando apagas la luz es cuando te atreves a decir determinadas cosas. Por eso yo creo que a la hora de ser sincero lo mejor es taparse los ojos.
«Los sentimientos más difíciles es mejor decirlos en la oscuridad»
CA: Y ya la última pregunta. Me ha gustado mucho la música, nosotros conocemos mucho al compositor Jung Jae-il, ha hecho Okja (2017), Parásitos (2019)… ¿Cómo lo conoció?
H.K: Aquí la verdad es que al principio no fue una idea mía. Yo di una lista a los productores coreanos con las personas con las que me gustaría trabajar. Cuando aún estaba en Japón, este hombre (Jung Jae-il) de algún modo se enteró de que iba a hacer una película en Corea, así que me mandó una apasionada ‘carta de amor’ en la que me pedía hacer la banda sonora de esta película como fuera. Al principio no le hice mucho caso ya que en mi cabeza la banda sonora era de guitarras y la idea que tenía de su trabajo en películas como Parásitos, era de piano. Me siguió insistiendo y me dijo que cuando fuera a Corea me reuniera con él. Así lo hice, y le comenté que yo normalmente cuando escribo un guion pienso en un instrumento musical para cada escena y en esta película pensaba más en la guitarra. Él me dijo: “ah, pero si yo también soy guitarrista” (ja ja ja). Esa misma noche me trajo unos cuantos CDs con canciones suyas a guitarra. Me gustaron, me decidí por él y fue genial. En su estudio pusimos la película montada y él iba tocando temas, creo que quedó perfecto.
CA: No tenemos tiempo para más maestro. Como siempre, muchas gracias por su tiempo y mucha suerte con la película. Un placer charlar con usted.
Por Gloria Fernández