En los confines del espacio hay un pirata que vela por los intereses de la humanidad. Él es el Capitán Harlock: un hombre nacido en una era distópica; antihéroe que lucha por imponer un código moral que haga despertar a los humanos de su letargo intelectual al verse sometidos a una raza alienígena que los ha convertido en vegetales. Paladín de las libertades individuales y colectivas, viene surcando el espacio sideral con su nave Arcadia y su parche de pirata; y junto con su tripulación de jóvenes libertarios ilumina el corazón de varias generaciones que creen en sus ideales.Él es el Capitán Harlock y es el protagonista de una de las tramas más ricas del “space opera” de todas las que se hayan escrito en Japón. Ahora se encarama en Space Pirate Captain Harlock, una aventura alternativa en forma de largometraje animado que llega a nuestras pantallas gigantes y que hará las delicias de los más nostálgicos.
El renacimiento de un mito
Han tenido que pasar 34 años desde su nacimiento para que el pirata más iconográfico de la cultura pop nipona tuviera su peculiar película de animación en 3D. Un anime en CGI con una representación gráfica de los personajes y una planificación escénica que la acercan a una “live-action”. Cuestión de avances tecnológicos dirán algunos; otros se reafirmarán en el pretexto de la burbuja económica en la que se ve sumergida desde hace un lustro la industria cinematográfica japonesa con respecto a las adaptaciones de mangas de éxito. Sea como sea, la compañía Toei confió en Shinji Aramaki (el otrora director de Appleseed The Beginning y sus secuelas, y máxima autoridad en animación CGI 3D), para darle las riendas del proyecto, teniendo en cuenta que tenía entre las manos un caramelo muy suculento que no debía decepcionar a los fans.
Finalmente, el filme se materializó en 2013 (el estreno oficial en Japón se produjo la semana del 7 de septiembre en 578 salas), contando con la supervisión absoluta de Leiji Matsumoto (el respetado autor del cómic original) y el apoyo técnico del estudio Marza Animation Planet (compañía joven asociada a SEGA que se dedica a desarrollar cortos de animación para videojuegos y la planificación gráfica de los mismos). Lo que más sorprendió una vez presentada en sociedad es la penumbrosa aura que emana del personaje y del propio filme, condicionada por una degradación gráfica muy oscura.
En los confines del espacio hay libertad: el argumento
¿Qué nos cuenta el filme que no conozcamos? Como apuntaba más arriba, se trata de una historia alternativa, desprejuiciada y relativamente desvinculada de todo el pasado animado que ha vivido el personaje. Aún con todo se respeta la línea temporal en el punto de arranque inicial del cómic: año 2977, en los confines del espacio billones de refugiados humanos esperan poder regresar a su planeta natal, es decir, la Tierra. Desgraciadamente, la coalición interplanetaria Gaia mantiene un estricto control sobre la inmigración humana por todas las galaxias, así como quién merece o no regresar a la Tierra (condicionada por su posición social). En este contexto político-galáctico, el Capitán Harlock jugará un papel decisivo para derrocar la dictadura oligárquica de Gaia. Harlock se convertirá, pues, en la última esperanza para la humanidad (o lo que queda de ella). Pero poco se imagina que entre su tripulación pulula un espía de la federación, con un estrecho vínculo familiar con Gaia y una misión que cumplir: asesinarlo para evitar que se convierta en el líder de la revolución.
Poco o nada tiene que ver con las sagas clásicas (y contemporáneas) del personaje (que en breve analizaremos). Por eso insisto en que es preferible (y mucho más recomendable para digerirla) considerarla una aventura aparte. Pero… ¡Jo, qué aventura! Aramaki domina los tempos en cine CGI, eso es evidente. Y a pesar de que algunos argumenten con relativo espíritu subjetivo y condicionados por su loable pasión por el personaje, que se trata de una mala adscripción a la obra original porque su metraje está vacío de contenido, añadido a la cierta frialdad en la composición de la fisionomía de los personajes, la animación es tan espectacular que al poco de empezar el filme te olvidas de las licencias que se han tomado con respecto al original. Y es que de hecho, este es el objetivo de este blockbuster, que más que un “reboot” pretende lavar la cara al viejo corsario y ponerlo de nuevo en el punto de mira mediático. Además, los más veteranos recordarán las diferencias sustanciales entre el tebeo original y la primera serie de animación (se exploraban mejor los orígenes de la tripulación), incluso con la incorporación de personajes que no estaban contemplados en el cómic, por lo que no debería sorprender que un héroe con tanto recorrido fílmico haya evolucionado. En el fondo esa es la gracia de cualquier “space opera”.
Datos de producción y curiosidades
Incidimos en que el punto fuerte del filme es su animación; un proceso de elaboración técnica laborioso y costoso, lo que disparó su presupuesto (30 millones de dólares aproximadamente). Desgraciadamente, el resultado final artístico, y a pesar de lucir en imagen real, no logró seducir al público japonés, donde recaudó poco menos de 4 millones de dólares (la recaudación final mundial, y a falta de ver el resultado en la taquilla española, asciende a 21 millones). Eso no impide que los fans disfruten con ese Harlock gótico, cuya voz principal ha prestado el actor de moda Shun Oguri (Lupin III), y que al final del filme apetezca quedarse a contemplar los títulos de crédito para escuchar el tema “By the Light”, de la banda nipona de grunge One Ok Rock. Y a pesar de tener el viento a favor, la pregunta que a uno le viene a la cabeza es: ¿Por qué en este tipo de proyectos se crean tantas reticencias iniciales cuando al final lo único que pretenden los productores y creadores es buscar una armonía entre viejos fans y futuros seguidores del personaje? Precisamente, muchas veces la perpetuación de los mitos se produce a través de estas películas-puente. Y sino… siempre nos quedarán los viejos viajes interestelares de Harlock.
Orígenes interestelares
En 1977, Leiji Matsumoto, un soñador y proletario que las pasó canutas en tiempos de posguerra, decide exorcizar sus fantasmas dibujando una serie sin parangón en un momento en que la ciencia ficción empezaba a invadir varias disciplinas artísticas, entre ellas, obviamente el manga y el anime. En 5 volúmenes tuvo suficiente para contar las aventuras de un hombre que se dejaba la piel para proteger a la humanidad, a pesar de que ésta le girase la espalda, considerándolo un traidor, como consecuencia de la manipulación ejercida por parte de la raza alienígena conocida por las Mazonas y un gobierno terrestre corrupto y apático. Un fugitivo enamorado que guardaba la llama del amor en su corazón. Rodeado de un equipo de prófugos que respaldaban sus ideales, poco a poco se ganó el favor de los lectores.
La Toei Animation rápidamente contactó con Matsumoto y Akita Shoten (editorial responsable de su publicación) para adquirir los derechos. El objetivo era muy claro: planificar inmediatamente una serie de anime para televisión. Ésta se materializó un año más tarde: el 14 de marzo de 1978 aparece en la pequeña pantalla el primer episodio dirigido por Rintaro (Metropolis), un joven con una carrera prometedora que luego se haría cargo de varias adaptaciones cinematográficas basadas en otras obras de Matsumoto. La serie estuvo en antena durante todo ese año y rompió los esquemas televisivos de la época; sólo fueron 42 episodios, pero marcaron el tempo y el ritmo de muchas series de anime espaciales de la época. Pensad que en 1979 desembarcaría la saga de “mechas” galácticos más importante de la historia de la ciencia ficción nipona: Gundam. Otro largometraje animado que siguió el mismo patrón fue Odin (Toshio Yasuda, 1985), un “space opera” cuya carabela no escondía sus símiles con la Arcadia, aunque a nivel argumental tomaba prestado elementos de Space Cruiser Yamato (otra saga de Matsumoto). También inspiró a la saga literaria Legend of the Galactic Heroes, escrita por el aquí desconocido Yoshiki Tanaka (que fue adaptada en 110 OVA’s a partir de 1988).
Multiverso Harlock
Una de las bases sólidas que respaldan todas las obras de Matsumoto es la interconexión entre todas ellas. El autor de Galaxy Express 999 (serie iniciada en 1977, inspirada en la novela El tren nocturno de la Vía Láctea, de Kenji Miyazawa, cuya protagonista tendría una sobrina que se enrolaría en la Arcadia) siempre ha tenido una capacidad innata para ligar la mayoría de sus series ubicadas en el espacio; con una facilidad pasmosa ha creado un universo singular del que Harlock forma parte, constituyendo el mástil central para que se mantenga unido. Además de la previsible secuela televisiva (que se hizo esperar hasta 1985), se trasladó toda su nebulosa utópica a la gran pantalla en una película, que con los años se convirtió en un clásico de culto del anime: La Arcadia de mi juventud (Waga Seishûn no Arcadia, 1982). En este longevo largometraje se explica parte del traumático pasado familiar del pirata (hijo de piloto que luchó contra los Aliados en la II Guerra Mundial) y cómo conoció a Tochiro Oyama (constructor de la Arcadia y el responsable del rasgo indisociable del pirata, es decir, la famosa cicatriz en su mejilla izquierda). Por si no fuese suficiente, la esencia dramática recoge el testimonio de Marianne de ma Jeunesse (1955), una producción franco-alemana que había causado una impresión brutal en Matsumoto cuando era jovencito y (ojo al dato) que a su vez era una adaptación de la novela Dolorosa Arcadia.
Hubo unos años de vacío y no fue hasta 1998, con la adaptación del cómic Queen Emeraldas en 4 OVA’s, cuando el pirata vuelve a ponerse al servicio de la humanidad, pero jugando un rol secundario. Hasta que llegó uno de los anime más prestigiados por su refinamiento intelectual: Harlock Saga (1999), adaptación de la ópera El Anillo de los Nibelungos de Wagner al universo del corsario espacial en formato de 6 mediometrajes animados. Además de contar con una animación de una calidad apabullante, en esta magna opus se integraban todos los personajes que había creado Matsumoto hasta la fecha en el ámbito espacial. Luego, participaría en la batalla definitiva para unificar el espacio en Cosmo Warrior Zero (2001, serie de 15 episodios) y cerraría el círculo en The Endless Odyssey (2002-2003, una película por mes), reuniendo una última vez a su equipo original para detener a cuatro entidades alienígenas diabólicas.
Parece que hay Harlock para rato. Qué mejor que terminar con una de sus citas libertarias: “Vago por los confines del espacio… me llaman el Capitán Harlock… mientras me quede un hálito de vida, viviré libre en este mar sin futuro bajo mi propia bandera, la bandera de la calavera… ¡viviré libre bajo mi propia bandera!”
Una información de Eduard Terrades Vicens.