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Berlinale del día 4: Don Corleone visita la Berlinale

15/02/2012

La vida del crítico es de cine. La vida del crítico de cine y fan, a veces es muy sufrida. El año pasado Aamir Khan estuvo presente enla Berlinale como miembro del jurado oficial… Llegué a verlo a través de la prensa o en los vídeos de youtube. Mi jornada se iniciaba y finalizaba a una distancia abismal de la alfombra roja por la que pasaba a diario el director indio (la única que veo a diario es la alfombra del hotel, y ni por asomo tiene una textura similar a la del Berlinale Palast).

Este año no me las prometía más felices. Shahrukh Khan (SRK) volaba con destino a Berlín, junto con el director, actor y cantante Farhan Akhtar y la actriz Priyanka Chopra para presentar Don 2. No hice ni el amago de coger mi móvil cuatro estrellas con el que Samsung experimentó para obtener finalmente el Galaxy… A lo máximo que aspiraba era a hacerme una foto en la cola de entrada al Mercado.

El rey ha vuelto, lo había leído unas cuantas veces en el kit de prensa con el que la Berlinaleme había recibido. He de reconocer que no puedo ni quiero ser objetivo. Sigo a Farhan Akhtar desde su debut como director con Dil Chahta Hai (2001) y cuando en 2006 se decidió a hacer un remake del clásico de Amitabh Bachchan Don, intuí que el riesgo era evidente. Un remake que se convirtió en un éxito de taquilla y que daría alas tanto a actor como a director a pensar en una secuela. Don 2 vería la luz el 23 de diciembre pasado en toda la India (incluyendo las versiones en hindi, tamil y telugu, además de los formatos de 2D y 3D) dispuesta a amargarle la existencia a Tom Cruise y su MI4. No solo no lo consiguió, sino que rompió una tras otro los récords de estreno de una película india en el extranjero (Australia, Gran Bretaña, Oriente Medio y Estados Unidos). La película (emulando a Misión Imposible, la saga Bourne o Bond) arranca en Tailandia, para luego trasladarse a Malasia, Zurich o Berlín. Don 2 es un divertimento de primer orden, con una cascada de efectos especiales, giros de guión (a ver quién es el guapo que es capaz de intuir hacia donde va a tirar el personaje de SRK), que recomiendo desde ya.

Después de una dosis de ficción viene bien descender a la realidad, y eso los coreanos lo saben a la perfección. Especialistas en introducir el elemento “basado en una historia real” dentro de sus producciones: ya sea para recordarle al criminal que no olvidan los crímenes aunque estén a punto de prescribir (Voice of Murderer), o para revisitar su pasado más reciente (Memories of Murder), son numerosos los estrenos de este tipo de producciones a lo largo del año. Unbowed (Chung Ji-young, 2012) ha sido una de las primeras en estrenarse en el 2012, consiguiendo rápidamente los 2 millones de espectadores. Protagonizada por Ahn Sung-ki (al que descubrí en Silmido, cuando ya llevaba más de una cincuentena de películas rodadas, incluida The Housemaid), Unbowed adapta en un tono semi-documental el incidente de «Crossbow» acontecido en Corea en 2007, donde un profesor se enfrente a la cúpula dela Universidad, al defender que una pregunta de matemáticas del examen de acceso está mal formulada. La defensa lleva al profesor a los tribunales, donde se enfrentará al sistema educativo de su país. El jurado finalmente fallará a favor dela Universidad… pero tres días más tarde el juez responsable del veredicto y el profesor, vuelven a encontrarse.

Por arte de magia, salimos de una sesión donde impera la realidad, para sumergirnos de nuevo en la fantasía. De pequeño siempre he sentido fascinación por el mundo de la magia, no era de extrañar que días después de que me regalaran la famosa caja de “Magia Borras” desapareciera de mi casa cualquier rastro de las últimas calificaciones escolares. The Great Magician, último vehículo del todoterreno Derek Yee para el lucimiento de Tony Leung, Zhou Xun y Lam Ching Wan nos tralada a principios de siglo en una China que pedía a gritos la llegada de la Revolución. Ayudado en el guión por los responsables del libreto de Bodyguards and Assassins, Yee teje un thriller de misterio donde el amor y la aventura se dan la mano al ritmo de los efectos especiales y de los trucos de magia. ¡Es grande volver a reencontrarse con El Ilusionista o El Truco Final en una sala de Berlín!

Y para acabar el día una de artes marciales procedente de Indonesia. Era eso o regresar al drama coreano (From Seoul To Varanasi). Lo tuve claro… para drama ya tengo suficiente con mirar la pantalla del televisor y verle la cara a la Merkel o recoger las multas de coche del Ayuntamiento de Barcelona (único modo, por lo que se ve, de generar riqueza por parte del consistorio catalán). Os tengo que decir que sin ser nada del otro mundo, The Pirate Brothers, la historia de dos huérfanos a los que separa el destino para después unirlos, más bien enfrentarlos, es una recomendación ineludible para la cúpula de cultura de nuestro país. A ver si les entraban ganas de ir al cine.

Buenas noches desde Berlín.

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