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Segundo y tercer día del Festival Nits de Cinema Oriental de Vic

21/07/2017

«De gatos, ‘ángeles de hierro’ y realidad virtual…»

Algunos festivales pierden fuelle durante los días entre semana, pero no es el caso del Festival Nits de Cinema Oriental de Vic, que ha mantenido el listón muy alto durante la segunda y tercera jornada, dedicadas a Japón y Corea pero con una propuesta multicultural que sigue haciendo las delicias del público. La mezcla de sesiones espectaculares con otras de carácter más autoral funciona a las mil maravillas, acompañadas de esas proyecciones para los más pequeños y la retrospectiva dedicada a las Kung Fu Girls, así como las numerosas actividades que acompañan al Festival, haciendo del evento una completa inmersión en la cultura asiática. Del costumbrismo japonés al vertiginoso thriller coreano, las Nits han seguido con paso firme antes de su esperado rush final, y es que el fin de semana promete ser espectacular.    Arrancamos la segunda jornada con los Gatos: un viaje de vuelta a casa un film de animación japonesa en una sesión infantil que gustó a los pequeños y no tan pequeños que llenaban el Cinema Vigatà. Con un gran mensaje didáctico, el film nos explica la historia de un pequeño gato doméstico que se pierde al salir de su casa de la montaña, terminando en la gran capital, Tokio. Allí conocerá a un gato callejero, que lo tomará bajo su protección y le enseñará a sobrevivir en la gran urbe, además de ayudarle a regresar a su hogar enseñándole algo muy especial: el leguaje de los humanos. Este film de animación digital lleno de ternura llegará muy pronto a los cines españoles a través de Selecta Visión.

Las Kung Fu Girls tomaron el relevo, esta vez con Iron Angels, uno de los films más representativos del llamado «Girls with Guns», que cuenta con dos de las divas del género: Yukari Oshima y Moon Lee. En el film las triadas toman venganza y asesinan a los agentes policiales que destruyeron uno de sus campos de drogas. El gobierno responde contratando a una organización detectivesca, los «Ángeles», para que responda con la misma moneda y resuelva el problema cuanto antes. El film es un auténtico espectáculo al más puro estilo de los films de espías, con peleas, persecuciones en coche a toda velocidad, infiltraciones en la guarida de la temible villana donde tortura a los incautos que caen en sus redes y mucho más, en una sesión también inolvidable, pero esta vez por un pequeño problema de audio de lo más sobre-llevable. Esta retrospectiva nos está devolviendo a un periodo de pura creatividad, y un punto de inconsciencia, en la época dorada del cine de Hong Kong. Por la tarde las féminas de la gran pantalla tenían de nuevo un merecido protagonismo a través del documental Cinema of Hong Kong: the Beauties of the Shaw Studios, en el que se repasan algunos de los nombres más relevantes del mítico estudio conocido por sus films de artes marciales, pero cuya producción iba mucho más allá, tocando todos los géneros. Estrellas de la gran pantalla pero, fuera de ella, controladas férreamente por el productor Run Run Shaw, el documental es un muy interesante retrato de unas actrices en uno de los estudios clave en la historia del cine asiático, y también del a veces difícil rol de la mujer en el cine al darle un contexto más personal, pasando de la historia de éxito a la pura tragedia.

Segunda noche en la Bassa: Japón protagonista

La segunda jornada estuvo dedicada a Japón, y por la tarde pudimos ver la muy simpática Moriyamachu Driving School de Keisuke Toyoshima, que nos habla de las relaciones humanas a través de la historia de dos compañeros de instituto que se reencuentran por casualidad años después; uno de ellos sigue estudiando en la universidad, aunque su vida no parece tener un destino fijo, y el otro ha entrado en la yakuza. La necesidad de un permiso de conducir hará que se reencuentren en una autoescuela, estrechando unos lazos que no habían existido en sus días de colegio, haciéndoles ver la vida desde otros ojos. Costumbrismo japonés con ese punto de comedia naíf y absurda que solo ellos saben aportar, en una película que gana todo su sentido en su escena final.

Y tras la suculenta cena japonesa en La Bassa llegaba la proyección al aire libre de Strange Tales of Love and Strangers, una propuesta más cercana al cine autoral que al habitual espectáculo popular que suele llevar el equipo de programación a la pantalla abierta, pero que precisamente por eso se convirtió en una sesión de lo más sugerente. El film cruza las vidas desafortunadas de varios personajes en una pequeña población rural, una estudiante taiwanesa que queda prendada de un compañero de escuela, un hombre torturado por la muerte de su amor de juventud y una artista que vuelve a casa tras fracasar en su carrera. Sus vidas interconectadas por pequeños lazos nos dan una visión amplia del desamor, desde ese puro romance de juventud a la tristeza de la vida adulta por no haber conseguido a la persona deseada, con un punto de fantástico (para nada terrorífico) al aparecer el propio fantasma de la joven fallecida, también dolida por el mal de amores. Envuelta en un maravilloso apartado visual en el que el destaca el uso de algunos colores, esta propuesta de ritmo lento gana según avanza el metraje, descubriendo poco a poco las personalidades y sobretodo circunstancias de cada uno de los personajes, en un collage de corazones rotos y aire melancólico muy destacable. El equipo del film, presente en Vic, tuvo el detalle de quedarse tras la proyección para charlar con el público en un Q&A a pesar del aire fresco que hacía, como cada noche, acto de presencia en la zona de proyección.

Corea y Filipinas para el tercer día

La organización nos tenía preparado para la tercera jornada un viaje turístico a un precioso pueblo muy cercano a Vic, Rupit, para un grupo de acreditados e invitados, un trayecto inolvidable en el que estrechar lazos y darnos una visión de la comarca de Osona (que no podemos más que recomendar, bellísima). Para la historia quedan las charlas con el australiano Andrew Leavold, el director de The Search of Weng-Weng cuyo próximo documental también dedicado al cine filipino promete ser una auténtica locura, y con Hisao Hoshino, el responsable de los recopilatorios Tetsudon que derrocha simpatía, además de los compañeros de otros medios y festivales como Asiateca, Cine Domingo o Terror Weekend.

El público infantil volvía a llenar por su parte la sala para ver El reino de las ranas, un film de animación china que ya pasó por salas comerciales y que el festival ha recuperado en un pase especial, y la Kung Fu Girl por antonomasia, Michelle Yeoh, tomaba el Cinema Vigatá con Magnificent Warriors esa especie de versión de Indiana Jones en la que la diva de las artes marciales volvía a derrochar carisma esta vez con un protagonismo absoluto.

Por la tarde la Biblioteca Joan Triadú volvía a llenarse en el pase del documental Mira, que retrata la historia de una joven nepalesa que tras regresar a casa después de formar parte de la milicia maoísta comenzaría a participar en carreras de montaña, compitiendo con los mejores del mundo. Una historia de superación que emocionó al público que abarrotó la sala. Después viajábamos hasta una Filipinas nerd en Saving Sally, que mezcla animación con imagen real en una historia de amor adolescente con estética de cómic. El propio leit-motiv del póster del film ya nos lo dice: esta es una típica historia de amor, que comienza cuando un joven estudiante que dibuja comics es rescatado por una compañera de instituto muy particular, y es que es inventora de los más curiosos artilugios. Entre ambos surge una amistad que va a más al compartir pasiones como el mundo de los cómics, pero una tercera persona hará acto de presencia. La atípica combinación de escenarios y personajes animados con los actores de imagen real funcionan, dando al film un aire muy juvenil, desenfadado y creativo.

La noche coreana llegaba con una cena temática en la que no podía faltar el kimchi y con un thriller de acción de alto voltaje, Fabricated City, el regreso después de más de 11 años del director de la recordada Welcome to Dongmakgol, Park Kwang-hyun. Con una gran influencia del mundo de los videojuegos y un villano desatado al más puro estilo cartoon, el film comienza con una auténtica explosión de acción, que después descubrimos es parte del juego al que nuestro protagonista está enganchado: su vida real es un desastre, pero en el mundo virtual es el líder de un equipo que siempre gana. Pero el destino le tiene jugado un imprevisto cuando es detenido y condenado por un supuesto crimen que no ha cometido. Con dificultades conseguirá escapar de la cárcel, buscando las respuestas y al responsable de su condena, descubriendo un mundo oculto que no podría haber imaginado. Ritmo trepidante para una sesión explosiva en la que las persecuciones, peleas y tiroteos no dan tregua al espectador. Muy atentos a ella, porque llegará de la mano de Isaan Entertainment.

Por la noche los Nitómans que aún tenían cuerda pasaron por la Jazz Cava para ver el concierto de la cantante Zao, con el que nos acercamos un poco más a una recta final que promete ser todo un sprint cineasiático, con algunos de los platos fuertes de la programación.

Víctor Muñoz

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