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Sacrifice (China, 2010)

15/03/2012

Ficha Técnica: País: China Año: 2010 Director: Chen Kaige Con: Ge You, Wang Xueqi, Fang BingBing, Huang Xiao-Ming. Género: Drama Histórico Duración: 132 min.

Tragedia histórica teñida de intimidad. Un recién nacido en el suelo, una mujer con restos de sangre que lo mira y una espada en el centro. Así es el cartel internacional de la película Sacrifice, la última obra del cineasta chino Chen Kaige. El rojo siempre ha sido uno de los colores favoritos del director, y también impregna esta imagen, que podría hacernos pensar en un matricidio. El rojo como poder de las bajas pasiones, de la muerte. Sacrifice es una película sobre la renuncia, sobre aquellas cosas que uno debe dejar por el camino si quiere proteger a aquellos que le rodean de todo lo malo que les pueda ocurrir, aunque tengan que pagarlo con su propia vida. Se trata de la adaptación de la mítica obra de teatro titulada El Huérfano de Zhao, escrita durantela Dinastía Yuan (1279-1368), y gracias a ella el director vuelve a demostrar su maestría a la hora de orquestar una tragedia impetuosa de resonancias shakesperianas y cargada de un espíritu telúrico en la que los sentimientos más primitivos (odio, venganza y muerte) se configuran alrededor de la idea de sacrificio que da título al film.

En la escena más impresionante de la película, casi al principio de ésta, una mujer da a luz al mismo tiempo que se produce una conspiración para matar a su familia. La mujer hará creer a sus enemigos que ha matado a su vástago quitándose la vida, pero en realidad le ha entregado al bebé a su médico, Cheng Yin (el mítico actor chino Ge You), que se encargará de cuidarlo. Sin embargo, este hecho le conducirá a la desgracia de su propia familia, teniendo él también que sacrificar la vida de sus seres queridos por salvaguardar la promesa de protección que le hizo a su señora. Con esa potente premisa comienza esta película en la que Chen Kaige abandona el terreno de la épica para introducirse en el de la intimidad de los personajes, de manera que su habitual parafernalia visual y su intrincada narrativa parecen haberse difuminado en beneficio de un relato más conciso, en torno a las vicisitudes de dos únicos personajes antagónicos: el protagonizado por Ge You, un hombre que dedica su vida a criar a ese niño por culpa del que su vida se ha convertido en una continua amargura, y el tirano que interpreta Wang Xueqi, Tu’anGu, que tras usurpar el poder, se ha transformado en un déspota solitario, falto de afecto y de calor humano. El director configura alrededor de estas dos figuras, el vasallo y el monarca, un fresco histórico que, a pesar de su majestuosidad visual, siempre se encuentra más atento a retratar las pulsiones vitales de los protagonistas que a otras derivaciones del cine de época que puedan enturbiar el verdadero objeto de estudio: de qué forma los dos hombres se convierten en víctimas de su propio destino, cómo el mártir y el verdugo casi parecen intercambiar sus roles, estableciendo un juego de poder a través del que poco a poco van igualando sus fuerzas, por medio de una despiadada red de mentiras, de traiciones y venganzas que desembocará inevitablemente en tragedia.

Sacrifice bucea en las necesidades afectivas de los personajes, en sus turbaciones más humanas, en el dolor de la pérdida, en su soledad y, cómo no, en su sacrificio. Los errores del pasado se convertirán en una constante tortura para los protagonistas, y terminarán purgando sus culpas a través de un explosivo cóctel de virulencia moral y ambigüedad ética.

Lo mejor: Comprobar que Chen Kaige continúa en buena forma después de una etapa un tanto alicaída.

Lo peor: Una duración un tanto excesiva para la historia que quiere contar.

Por nuestra colaboradora Beatriz Martínez

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