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Poongsan (Corea del Sur, 2011)

04/04/2012

Ficha Técnica: Año: 2011. País: Corea del Sur. Director: Juhn Jai-hong. Duración: 121 m. Género: Thriller. Protagonistas: Yoon Kye-sang, Kim Gyu-ri, Kim Jong-soo, Joe Odagiri, Kim Yun-tae. Más información: imdb

Sinopsis: Un hombre misterioso apodado “Poongsan” se dedica a atravesar la frontera entre las dos Coreas arriesgando su propia vida alquilándose como servicio de mensajería y contrabando de objetos y personas. Él escoge sus clientes potenciales a través de mensajes conmemorativos que quedan en la valla que divide las dos Coreas y entre personas que perdieron a algún ser querido cuando estalló el conflicto bélico. Acostumbrado a contar sus escaramuzas por victorias, acometerá el traslado de una mujer desde Corea del Norte para que se reencuentre con su marido en Corea del Sur. Pero cuando lleve a cabo su arriesgada empresa, se dará cuenta de que se halla ante un caso muy especial, tanto por las connotaciones políticas que conlleva, como por la situación emocional en la que quedará atrapado.

Crítica: Kim Ki-duk no suele prodigarse mucho en la faceta de guionista y productor si no es que se trate de un film en donde también asuma las funciones de director. En 2008 sí que se aventuró a aportar capital y escribir el libreto junto a Jang Hun (The Secret Reunion, The Front Line) de Rough Cut, uno de los thrillers coreanos más contundentes estrenados en los últimos años. Ese mismo año repitió la experiencia en solitario y firmó el guión de Beautiful, un film que supuso el debut en la dirección de un joven y prometedor cineasta que había trabajado como ayudante de dirección del propio Kim en Aliento (2007), Jun Hae-jong. Beautiful, la historia de una mujer de extraordinaria belleza que no podía soportar que el mundo la admirara tan solo por ello, se pudo ver hace unos años en el Festival de Sitges, donde tuvo muy buena acogida por parte de público y prensa. Tres años más tarde, nos llega la segunda colaboración de ambos cineastas, coincidiendo con una de las épocas más problemáticas de la carrera de Kim Ki-duk, como se pudo observar en la extraña y fascinante a partes iguales Arirang. En Poongsan, las huellas del director de obras maestras como Primavera, Verano, Otoño, Invierno… y Primavera o La Isla se pueden palpar por todos los recovecos de la producción. Su protegido es consciente de que el proceso de aprendizaje pasa por incidir en temas propios del universo del maestro, y así a lo largo del metraje tanto el drama sombrío como el dolor poético unido al cinismo propio del director se hacen patentes en más de una escena. Yoon Kie Sang (Flying Boys, The Executioner) da vida a Poongsan, un hombre tan estoico como ambiguo, parco en palabras y de actitud más bien áspera en el trato con los demás que recuerda a los héroes de las películas de Jean-Pierre Melville, tipo El Silencio de un Hombre o El Confidente. Debe su apodo a la marca de cigarrillos de Corea del Norte que fuma (en esta película se fuma muchísimo, con esos primeros planos tan típicos en el cine de Kim Ki-duk en los que el protagonista va pegando caladas mientras mira absorto el vacío del horizonte).

Si bien se podría pensar que estamos ante un film de género puro y duro, al estilo del Joint Security Area que afamó a Park Chan-wook, aquí enseguida la historia deriva hacia un drama triangular tan del gusto del productor y guionista de la cinta. No importa tanto la acción (que también la hay a cuentagotas) como la explosión de sentimientos de unos personajes que no encuentran su lugar en el mundo. En este sentido existen momentos muy logrados como aquel en que, en claro homenaje a Duelo al Sol de King Vidor, los dos amantes están a punto de perecer y entonces darán rienda suelta a toda su pasión acumulada. De todas maneras, la película acaba naufragando por su recurrencia en girar sobre sí misma sin ningún atisbo de avance, agotando su premisa en un metraje que se extiende de manera desmesurada, además de que las escenas de violencia explícita no están lo suficientemente imbricadas en el relato, resultando en algunos instantes gratuitas, como ocurre con todo lo que tiene relación con cierta joya sustraída a la protagonista. Quizás haya una acumulación genérica (drama, romance, acción, intriga) que dispersa en demasía el conjunto en lugar de dotarlo de una unidad estructural. El último tercio del film, sin embargo, remonta un poco el vuelo gracias a la dosis de ironía con la que se intenta resolver el conflicto entre los agentes de uno y otro lado de la frontera, quedando en discutible la manera en la que se cierra el relato. Con todo y con ello, Poongsan tiene los suficientes elementos para suscitar el interés del espectador: Kim Ki-duk consigue que, gracias al mecenazgo de prometedores directores, hacer mucho más digerible (por no decir comercial) un tipo de cine que no suele trascender de festivales específicos (es bien conocido el poco apego que el público coreano tiene a sus películas y las quejas de éste hacia su incomprensión), incidiendo en los temas que les son comunes pero exponiéndolos de forma menos críptica y dotando al conjunto de una pátina de accesibilidad que se agradece.

Para finalizar, vale la pena destacar el meritorio trabajo del trío protagonista, haciendo hincapié tanto en la magnífica recreación de una mujer atormentada de Kim Gyu-ri (a quien no hay que perderse tampoco en Ha-Ha-Ha, de Hong Sang-soo), como en el papel de marido violento, perdido y miserable que borda Kim Jong-soo (Secret Sunshine, No Mercy).

Lo mejor: Los complicados rescates con pértiga incluida.

Lo peor: Intenta abarcar demasiados géneros sin llegar a definirse por ninguno de ellos.

Por nuestro colaborador Francisco Nieto

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