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No sólo cine: B.S.O. Goemon (2009) Akihiko Matsumoto

07/01/2012

Goemon era un guerrero japonés que, en el siglo XVI, se dedicaba a robar a los ricos para repartir el dinero entre los pobres; una especie de Robin Hood a la japonesa. Kazuaki Kiriya, tras el éxito de Casshern, decidió realizar su propia versión del personaje filtrándolo por su estilo personal, del que ya hizo gala en su primera película, esto es: un apabullante diseño de producción, una cuidadísima estética, escenarios digitales, influencia del manga-anime y mucho, mucho espectáculo, dando como resultado, al menos en mi opinión, un entretenimiento de primerísimo orden y toda una gozada en lo visual.

 Viendo como Kazuaki Kiriya cuida sus producciones hasta el último detalle, parecería lógico pensar que también dedicase un cuidado especial a la banda sonora de sus películas. En Casshern, Shiro Sagisu realizaba una estupenda composición y aquí, en Goemon, el músico Akihiko Matsumoto lleva a cabo igualmente un trabajo excepcional, como vamos a comentar a continuación. Sobre el historial de Akihiko Matsumoto, lo cierto es que pocos más trabajos he podido descubrir aparte de éste. Cosas como Returner en el 2002, trabajos varios para televisión, y en 2009, Summer Wars, que resultaba ser una banda sonora de lo más amena. Es debido a este, aparentemente, escaso bagaje anterior que uno no tuviera muchas expectativas ante esta banda sonora y de ahí que finalmente resultara ser una sorpresa tan agradable.

Pasando ya a comentar el disco, podemos atrevernos a decir sin miedo que en Goemon Akihiko Matsumoto realiza un trabajo sencillamente sensacional. El CD arranca con el tema dedicado al protagonista, un sensible tema (con esa sensibilidad tan suya japonesa) de gran belleza y emotividad que, ofrece un aire más de vulnerabilidad y tragedia que de heroicidad, que es lo que uno esperaría en principio para el personaje. El motivo para Goemon podremos disfrutarlo varias veces más a lo largo del disco (por ejemplo, en el corte 18, “Destiny”) y en algún otro reprise, como en el corte final del CD. A continuación podemos descubrir otro motivo para otro de los personajes principales, Chacha, que se trata de un sensible y delicado tema para el motivo amoroso del protagonista. Gran tema romántico y de gran belleza. Relacionado con Chacha, tenemos el corte 14, “Memories of Chacha and Goemon”, otro bonito corte para los momentos en que vemos de niños a los dos personajes. Matsumoto también hace alarde de gran sensibilidad en otro de los cortes del disco “Nobunaga”, realmente emotivo. Y sentimiento de tragedia expresado en el corte 15, “Nobunaga’s Death”.

 Sin embargo, si hay algo que destaca durante la escucha del disco, son los variados y numerosos temas corales. Y es que una historia espectacular como la de Goemon requería de un gran acompañamiento sonoro para reforzar la dimensión épica del argumento. Y en cuanto a temas corales, de esos que gusta poner bien altos los altavoces para que retumbe toda la casa, nos vamos a encontrar una variedad enorme hasta hartarnos: corte 3, “The Thief”, con ligeros aires árabes para una de las escenas iniciales; el corte 4, “Zekkei”; el corte 8, “Goemon Vs. Saizo”, para el momento del combate entre estos dos personajes; el corte 10, “Kagemusha”; el corte 19, “The Battle in Sekigahara” para la escena de la batalla final de la película… Todos, temas corales distintos y bien diferenciados en estilo y en melodía. Sin duda, todo un trabajo hercúleo el de Matsumoto a la hora de componer una banda sonora tan completa, compleja y variada en melodías y en tonos. Y por si aún fuera poco, todavía podemos encontrar un tema de caja de música en el corte 7, titulado precisamente “Music Box” y un tema de ritmos más contemporáneos para la (ciertamente anacrónica) escena de baile en el corte 6, “A Banquet”.

Para terminar el comentario, diría como conclusión que Akihiko Matsumoto realiza una banda sonora verdaderamente extraordinaria, variada, melódica e inspirada, tanto en sus logrados temas principales (rebosantes de emotividad) como en los temas de mayor espectacularidad con sus momentos corales, de gran fuerza e intensidad emocional. Me atrevo a decir, un CD de audición obligatoria para cualquier aficionado y, desde luego, muy, muy entretenido de escuchar, de esos discos que no te cansas de oír una y otra vez.

Puntuación: 9/10

Por nuestro colaborador Felipe Múgica

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