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La frase de la semana: “No sé cómo acabar las películas”

20/08/2012

Tony Scott ni era un director asiático, ni creo que utilizara a ningún actor oriental como protagonista de sus historias. Nació hace 68 años en Gran Bretaña, aunque prácticamente toda su carrera transcurrió en Estados Unidos a la sombra de un hermano mayor empeñado en hacer obras maestras. Hay muchas razones que pueden explicar el porqué dedicamos a él la frase de la semana, más allá del hecho de que hace unas horas se ha confirmado la noticia de su muerte, en un aparente suicidio al lanzarse de un puente en Los Ángeles.

Además de rendir un homenaje al director que nos ha hecho disfrutar como pocos con films como Amor a Quemarropa, The Hunger o El Último Boy Scout, su forma de entender el cine (leído a través en sus entrevistas), su humildad (la frase de la semana se revela muy clarificadora), nos ha hecho decidirnos por él en una semana en la que queremos hablar de las joyas del cine asiático que nos está ofreciendo el 2012. Porque… muchas veces las joyas no vienen firmadas por primeras estrellas, ni interpretadas por grandes actores. Muchas veces las joyas, como Amor a Quemarropa (1993), vienen escritas por un principiante Tarantino, e interpretadas por una encantadora y semi-desconocida Patricia Arquette, recién salida de las garras de Freddie Kruger (Pesadilla en Elm Street 3)

¿Son los galardones que un director ha recibido a lo largo de su carrera los que lo colocan en un lugar u otro del olimpo de los realizadores? Desde luego Tony Scott no recibió ningún Oscar a la largo de su carrera, ni creo que fuera nominado a ninguno. Pero veo que en 1971, el joven realizador británico fue galardonado con la Medalla de Plata al Mejor Cortometraje (One of the Missing) en el Festival de Cine de Sitges. Ese hecho, y saber que uno de sus últimos proyectos fue el de ser el productor ejecutivo en la primera incursión del realizador coreano Park Chan-wook en el mercado americano, Stoker, son suficientes galardones para ganarse el corazón de un cineasiático, que llora la pérdida de un director de cine.

“No sé cómo acabar una película. No tengo la menor idea de construir un clímax para poner punto final a un film. Por ese motivo he acabado todas mis películas de la misma manera. Sólo espero que nadie se de cuenta. La verdad es que estoy asombrado de que nadie se haya percatado”.

Tony Scott (1944-2012)

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